El Rincón del Molinero, la alegría de la huerta murciana

Escribíamos la semana pasada sobre la infructuosa y bizantina memez de comparar la cocina tradicional regional con la novísima cocina de autor. Si entonces comentamos en crítica al restaurante Orobianco en Calpe, todo un lujo de vistas al Peñón mediterráneo, cuidada decoración y obviamente precio, cuyo renovado cocinero Marco Tacchett, aspira desde la creatividad más contemporánea a recuperar la Michelin pérdida, hoy  nos ocupamos de El Rincón del Molinero, caserón rústico en las afueras de Murcia, sin ninguna aspiración, ni falta que le hace, a soles o estrellas, pero con una cocina tan digna como de siempre se ha hecho en la huerta murciana, y aquí a cargo de Ana de Ortuño.

El Rincón del Molinero. Terraza

Toda su carta se basa en el producto de mercado del día, y en un recetario culinario ancestral. Desde embutidos y carnes de la recuperada raza porcina del "chato murciano", por supuesto la inmediata provisión hortofrutícola que no conoce demasiada cámara, y un servicio informal, pero atento, dirigido por Manuel de Reyes, quien también cuida de la bodega, bastante recurrente en etiquetas archiconocidas, aunque no es menos cierto que guarda excelentes vinos de Yecla, Jumilla y Bullas.

Para empezar, nos pusieron un plato con chorizo, salchichón, morcón, entreverado y queso de la zona cuya naturalidad saltaba a la vista y al paladar. Después, ¿cómo no? los famosos michirones, ese habón que debe ser bien guisado con leve punto picante, para que no quede y algo duro ni demasiado blando. La ensaladilla rusa sobre la que posa una anchoa de bota ("marinera"), normal. Mejores las berenjenas heredadas del al-Ándalus o las patatas al ajo cabañil. Y simplemente bien, el pulpo a la parrilla.

Lo que sí les queda irreprochable es su arroz con conejo y caracoles, aquí añaden pimiento, hacía tiempo que no probaba uno igual. La gramínea en su perfecta textura de cocción; la carne apenas tostada por fuera y tierna por dentro, y la verdura traspasando su mixtura justa al igual que el caracol.

Tienen fama sus churrascos de pollo (muy recomendado), cordero, conejo y obviamente "chato murciano" de matanza. Pero me inclino por la cocina propiamente autóctona como el zarangollo, el pisto, el mondongo de cordero, ternera en salsa o las pelotas con caldo.

Los postres, en su mayoría caseros, natillas, flan o arroz con leche, muy dignos por verdaderos. No tanto las tartas. En definitiva, comer en el patio de El Molinero, a la brisa de un sol primaveral, resulta reconfortante para la memoria gustativa recuperándose de aquello que Manuel Vázquez Montalbán, con sangre murciana en sus venas, nos contó con sabiduría de bonvivant de la "rive gauche" en su aleccionador libro sobre la gastronomía tradicional española: "La cocina del mestizaje". Como ven para gustos hay alternancias, y tanto la cocina de siglos como la vanguardista contemporánea caben en nuestro carnet de viajes, entre otras e irrefutables razones porque la segunda es hija de la primera. La única diferencia está en la profesionalidad de quien las elabora.

Restaurante Rincón del Molinero

Dirección: C/Alcalde García Sánchez, 4. 30009 Murcia.

Teléf.: 968 29 71 48

Precio medio: 20 a 30 €

Horario: Lunes a sábado 9:00 a 00:00 horas. Horario de cocina: 13:30 a 16:00 y 20:00 a 23:00.

Domingo: 9:00 a 18:00 horas.