Lobato destripa ante la justicia el 'fiscalgate' de Sánchez contra Ayuso

Juan Lobato intenta distanciarse de una de las operaciones más sucias mediáticas y políticas de la democracia. La filtración de datos secretos y personales del novio de Ayuso. Su oferta de pacto fiscal con la fiscalía. 

Pero su relato judicial le descubre tanto como a su partido, aunque intente o logre probar que la conoció pero no la remató. Es decir, que descargó la foto del documento secreto de un diario y no usó la recibida de Moncloa.

Pero no puede omitir que estuvo inmerso en la cacería. Fue cooperador necesario. Usó en la Asamblea la filtración ilegal coordinada por Moncloa hacia su persona y la Prensa.

A las 8:29 del 14 de marzo ya está hablando con Pilar Sánchez Acera, mano derecha de Óscar López, director de gabinete de Sánchez, de su intervención contra Ayuso. Y de cómo utilizar el mail secreto filtrado por la fiscalía.

"Cuidado con los datos personales. Sácasela en la pregunta. Un quién miente señora Ayuso, ¿usted o su novio? Parece que usted. La imagen con la carta es potente", le adoctrina el brazo ejecutor del jefe de gabinete de Sánchez.

Irónicamente, Sánchez Acera le pide que tape los datos personales (nombre y móvil del letrado), cuando le exige divulgar lo más grave y privado: un mensaje sobre una oferta de pacto fiscal del novio de su rival. Lobato o duda del origen o quiere blindarse de cara al futuro. Pregunta a Sánchez Acera. "¿Pero se ha publicado en algún sitio la carta? No tiene fecha. ¿La carta cómo la tenemos?. ¿Se ha publicado en algún sitio?".

Sánchez Acera le replica con un lacónico mensaje: "Porque llega, lo tienen los medios. Vamos a verlo para que estés más respaldado. Si es así, te lo digo. Si no, la tienes en retaguardia". 

Lobato ya tiene información suficiente para saber que es material averiado, sin sello de origen y afecta a algo tan grave como la privacidad y el secreto fiscal. Y admite colaborar con Moncloa en una operación de derribo contra Ayuso con dicho mail.

Lobato, no obstante, sigue dejando constancia de frases en su charla con la fontanera de Moncloa que luego le servirán para intentar probar su inocencia. "Sí, por fa, es buena para explicar en la rueda de prensa con la propia carta. Pero la necesito diciendo de dónde la saco. Porque si no parece que me la ha dado la fiscalía". 

Lobato confiesa que no le importa si procede de la fiscalía el mail secreto, sino que pueda parecerlo.

La coordinadora de filtraciones, Sánchez Acera, le pregunta: "¿A qué hora tienes [tu intervención], a las 10:00, no?". 

Los fontaneros de Moncloa tienen que apurarse. No hay apenas tiempo para publicar la coartada que quiere Lobato. Pero al filo del silbato, Sánchez Acera le envía a las 9:29 el link de El Plural. "Ya está", dice aliviada la mano derecha de Óscar López. 

Lobato ha mostrado ante notario el link supuestamente usado para descargar el documento sobre el novio de Ayuso. Pero hay interrogantes que Lobato no consta que haya despejado.

¿Por qué quiere Lobato la carta? Está hablando desde las 8:36 hasta las 9:29 con Sánchez Acera para esgrimir un documento que no necesita.

La noche anterior la Cadena Ser ya ha comunicado el contenido del escrito filtrado desde Fiscalía. Sólo tiene una finalidad tener el documento en mano. Exhibirlo ante Ayuso para ganar dramatismo. La foto mediática. Sánchez Acera le da la pauta: "Usted dijo ayer que era una inspección a lo bestia. Usted debe mentir por corrupción a lo bestia y mentirosa salvaje".

¿Por qué no acude Lobato al notario el día de la filtración? El dato que acaba de pulverizar la inocencia de Lobato en este watergate sanchista es que visita la notaría el pasado 6 de noviembre para entregar el material filtrado desde Moncloa. Casualmente, una semana después ser registrada la fiscalía general del estado y requisado el móvil de su jefe, Álvaro García Ortiz.

Le entra crisis de conciencia ocho meses después de recibir un material secreto que ni sabe ni le importa de dónde parte. Sólo impugna hacerse fotos con un papel secreto si es peligroso para su persona.