Moncloa tenía el mail del letrado del novio de Ayuso antes de ser publicado
El gabinete de Pedro Sánchez, tras enviárselo a Juan Lobato, le envió un mensaje tranquilizador: "Luego lo publican".
La reconstrucción del uso por Juan Lobato del mail secreto del abogado del novio de Ayuso en el que ofrece un pacto fiscal avanza a trompicones. Al silencio de Moncloa, que sólo destila odio cainita al cesado dirigente madrileño, se suman los contradictorios datos que ha ido aportando Lobato.
Pero lo sustancial de lo que admite Lobato no es poco: "Llega el de Pilar, yo pregunto de dónde y se me dice que llega por los medios. Después lo publican y yo hago mención a la publicación y saco la carta publicada".
Esta frase resume el meollo. Lobato recibe el mail sobre el pacto de González Amador con Hacienda de Pilar Sánchez Acera, subordinada del director de gabinete presidencial, Óscar López. Lobato le pregunta el origen de tal material y ella se lo explica: "Llega por los medios". Es decir, Moncloa no lo ha recogido de una noticia publicada, sino que un diario o cadena lo posee.
Y extrañamente no lo ha exhibido públicamente, pero sí lo comparte en secreto con el gabinete de Sánchez. Raro. Sólo le interesa este lector u oyente. No su audiencia. Lobato confirma que ese mail que ya posee y le entrega Moncloa se publica después en los medios de comunicación, tal y como le predijo el gabinete de Sánchez. La conclusión es obvia: el gobierno de Sánchez poseía el email que pulverizaba al novio de Ayuso antes de que la Prensa lo exhibiera.
De creer la versión de Sánchez Acera difundida por Lobato se produciría el siguiente triángulo: la fiscalía que dirige García Ortiz, quien amasa la noche anterior todo el expediente fiscal del novio de la presidenta madrileña, filtra ese material a un medio de comunicación que, a su vez, lo reenvía a Moncloa. Y Moncloa lo despacha a Lobato.
No es imposible. Pero sí improbable. No es creíble que la fiscalía se fíe de varios medios a los que filtra los secretos del novio de la presidenta madrileña y no los comparta con su jefe máximo, Sánchez.
Hay más elementos sospechosos. La publicación del expediente del novio de Ayuso se sucede desde la noche anterior. Sólo dos horas después de recolectarlo García Ortiz en su correo privado. Ninguna noticia aporta fotos.
Pero justo una hora antes del Pleno donde lo esgrimirá Lobato, publica El Plural una imagen completa del correo del abogado de González Amador. Y lo hace sin marcas de aguas. Insólito. Regala una exclusiva para que todo diario la copie sin citar.
Pero tiene una virtud. Es el mismo formato de documento que exhibirá Lobato en minutos. Será imposible saber si usa el recibido de Moncloa o el descargado de El Plural.
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Lobato no usó una noticia: era el mail original del abogado del novio de Ayuso
Francisco Mercado
Y Lobato ha presionado a Moncloa. No lo usará hasta que no lo vea publicado. Quizá esto precipita o justifica que el formato sea ése: si Lobato usa su documento inicial no tiene marca de aguas. Por tanto, si El Plural lo marca, invalida el que ya tiene. Esto le forzaría a descargarlo cuando está a punto de intervenir.
Cuesta imaginarlo ante un ordenador esperando cuándo lo publicará dicho diario, y luego descargarlo, imprimirlo e ir presuroso a su escaño. Con un discurso que cambia radicalmente de tener o no el mail.
No es imposible. Pero sí innecesario. Ya tiene dicho mail desde antes. Y ya lo sabe publicado. De hecho, en algunas de sus versiones matizaba que usó el mail cuando verificó que procedía de un medio o cuando lo vio publicado. Verificar o visualizar no es descargar. Y eso significaría que uso el filtrado desde Moncloa.
Todo esto mientras Lobato hurta el dato esencial reclamado por este diario: ¿A qué hora le envió Moncloa el polémico mail?
Ese lapso evidenciaría aún más la trama que aflora la filtración de la fiscalía en la que tuvo "papel preeminente" García Ortiz. No filtró a un periodista amigo, fiable. Filtró a toda la brigada afín. No es el Watergate, ni los papeles de Bárcenas. Es riego sistémico.
Emisoras, cadenas televisivas y diarios con igual sesgo. No es una filtración. Es el desembalse de Forata. A los mismos medios que defienden que tal filtración es buena porque busca evidenciar un fraude fiscal o una falsedad del investigado. Pero nunca hicieron huelga de hambre cuando el PSOE silenciaba las regularizaciones de grandes empresarios con dinero en el extranjero. Ni conocieron el expediente de Monedero. Ni los correos de los abogados de Botín. Ni las inspecciones y pactos fiscales de sus empresas mediáticas.
La prensa está en su derecho de reclamar y obtener información secreta, pero raramente se ve una autoridad tan deseosa de matar al rival político que deja tantas marcas de agua en su filtración. La actuación periodística es legal, pero la del filtrador es ilegal. Siempre fue y será así.
El móvil de García Ortiz no puede contener secretos de estado. No dirige el CNI. Pero sí del Gobierno. Sus tentáculos mediáticos para agendar escándalos contra la oposición. A través de una trama periodística regada con subvenciones y denuncias. La fiscalía patriótica.