Albares, el censor: tercer diplomático cesado por escribir en medios de comunicación

A José Manuel Albares no le gustan los diplomáticos díscolos y, especialmente, aquellos que se "toman la libertad" de colaborar con los medios de comunicación. En las últimas horas se ha sabido que Juan González-Barba dejará de ser embajador español en Croacia, cargo que ocupaba desde hace poco más de dos años, muchos menos de los habituales cuatro en los que se suele remodelar el cuadro diplomático español. 

Como ya sucediera en, al menos, dos ocasiones anteriores, el motivo de este cese fulminante tiene que ver, además de con rencillas personales de hace tiempo, con la publicación de un artículo del diplomático en cuestión en un medio de comunicación. En esta ocasión, González-Barba escribió un texto en El Confidencial sobre la proyección exterior de la Monarquía parlamentaria, que, por lo que fuera, no gustó al titular de Exteriores, José Manuel Albares.   

El recelo de Albares con el hasta ahora embajador español en Zagreb viene de lejos, ya que González-Barba fue nombrado secretario de Estado de la Unión Europea por su antecesora en el cargo, Arancha González Laya, y no le apoyó cuando optó a ser nombrado enviado especial del secretario general de Naciones Unidas para Chipre, puesto que estaba vacante. 

Llega la hora de la venganza de Albares

Como la venganza suele ser un plato que se sirve frío, José Manuel Albares ha esperado el momento oportuno y ha escogido una de sus razones favoritas para expulsar de Croacia a quien fuera en su día, nada más y nada menos, que secretario de Estado para la Unión Europea. 

José Manuel Albares le está cogiendo gustillo a esto de destituir a los embajadores que deciden ofrecer su opinión en medios de comunicación. Ya lo hizo con José María Ridao, que dejó de ser jefe de la misión española en la India después de publicar un artículo en El País lamentando la actuación de la Intervención General de la Administración del Estado. 

Lo mismo había hecho Albares con anterioridad en la persona de Javier Benosa que, cuando era jefe de la oficina en Gibraltar, compartió en ABC una reflexión sobre el silencio de la diplomacia española en el controvertido asunto de la amnistía. Como no podía ser de otra manera, Albares le destituyó de su puesto solo nueve meses después de haberlo nombrado. "A toda la gente con la que ha tenido un roce, luego la ha machacado", apunta un diplomático en las páginas del propio periódico de Vocento.