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CRISIS EN EL GOBIERNO DE COALICIÓN

Sánchez se enroca con la tributación del salario mínimo: busca que a Sumar le pase factura estar junto al PP

El primero que no quiere ni oír hablar de adelanto electoral es el presidente del Gobierno. Lo que no está reñido con ir preparando el terreno por lo que pueda suceder, muy a su pesar. Carles Puigdemont aprieta, cuestión de confianza 'modo light' incluida. Sumar y Podemos apuntan a irrelevancia, tras comicios.

Sánchez y Yolanda han indignado una vez más a los periodistas.

El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.

Abel Martín
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A pesar de las insistencia de los periodistas con sus preguntas a la ministra portavoz sobre si en el seno del Gobierno hacen algún tipo de autocrítica por el sainete protagonizado hace justo una semana a cuenta de la tributación del nuevo Salario Mínimo Interprofesional, en Moncloa han preparado la rueda de prensa a conciencia. Ni un reproche, nada de culpas, cero autocrítica por el pulso mantenido en directo en esa misma sala entre Yolanda Díaz y Pilar Alegría, el martes pasado.

Hoy sí, la titular de Educación, Formación Profesional y Deporte se ha sentado a la mesa bien aleccionada. Para empezar, acompañada únicamente por Diana Morant, ministra de la cuota socialista y titular de la cartera de Ciencia, Innovación y Universidades. Hay que volver a repetir el titular que Ferraz quiso lanzar a los medios desde el primer momento -el de la subida del SMI- y que pasó a un segundo plano por culpa del pulso entre los socios de coalición y la carga impositiva. En un día como el de hoy, toca "centrarse en lo verdaderamente importante: ser capaces de mejorar la vida de los trabajadores y trabajadoras", insiste Alegría, que se muestra tensa, incómoda, repetitiva en sus respuestas y también en sus evasivas. 

"El 80% de esos perceptores no van a tributar"

Lejos de los micrófonos y las cámaras, las fuentes consultadas en Presidencia del Gobierno se muestran dispuestas a no dar su brazo a torcer, a la vez que tratan de restar importancia al pago del IRPF para quienes pasen a cobrar los 1.184 euros mensuales. "El 80% de los que reciban el Salario Mínimo Interprofesional no van a tributar. Y el 20% que lo haga, sólo pagará el 1,8% de las cantidades". Un argumento que de pedagogía fiscal tiene poco. Por un lado, se deja claro que hay que pasar por caja. Por otro, en cambio, celebran que serán sólo unos cuantos. 

Pedro Sánchez junto a las ministras María Jesús Montero y Yolanda Díaz en el Congreso.

Pedro Sánchez junto a las ministras María Jesús Montero y Yolanda Díaz en el Congreso.JESUS HELLIN / STUDIOMEDIA19

Preguntados por la posibilidad de solucionar la ruptura con Sumar y acercar posturas, las mismas fuentes recuerdan que la posición de la cuota socialista del Gobierno "ya la conocéis". Sin embargo, añaden, "hay grupos que han presentado sus proposiciones". Y dejan caer que "si llega el momento, veremos lo que votan unos con otros". Habrá que esperar, porque mientras se desarrolla el habitual cónclave de los martes entre los miembros del Ejecutivo, la Mesa del Congreso de los Diputados acepta la proposición de ley de los grupos parlamentarios de Sumar, PP y Podemos a la exención del Impuesto de la Renta a las Personas Físicas. 

30 días para negociar y no se descarta el veto

"Me van a permitir que no adelantemos la pantalla", ha dicho la ministra portavoz, en clara referencia a que hay margen de maniobra antes de que la aritmética parlamentaria vuelva a sacar los colores a Pedro Sánchez. También es cierto que la cuenta atrás se ha activado. Ferraz y el Ministerio de Hacienda tienen 30 días por delante en los que pueden hacer cambiar de opinión a Sumar, o vetar las proposiciones de ley. No obstante, no parece ser esa la única estrategia que manejan en el entorno del presidente del Gobierno. Cuanto más se acuchan físicamente -ahí está el abrazo entre vicepresidentas-, más quieren distanciarse en lo ideológico. 

No son pocos los que dan a entender que Sumar irá de la mano del PP en el asunto de la tributación del SMI. Y lejos de ver aquí un problema, otras fuentes consultadas muy próximas a Pedro Sánchez nos hacen la siguiente reflexión: "Primero, se presentan la proposiciones -como ya se ha hecho-; luego lo tienen que negociar -en relación a Sumar y PP, y al resto-; después se vota -donde hay que explicar también con quién has compartido tu postura-; y, por último, lo tienen que ganar". 

Con esta lectura de la situación, el PSOE quiere que Yolanda Díaz y su grupo parlamentario expliquen a la opinión pública la buena sintonía con Alberto Núñez Feijóo y con el Partido Popular. Una postura fácil de argumentar, pero que según piensan los socialistas, podría pasarles factura a Sumar respecto a sus propios votantes.

Yolanda Díaz y Alberto Núñez Feijóo conversan durante un acto.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, conversan durante un acto.A. Pérez Meca / Europa Press

Preparados para elecciones, muy a su pesar

El primero que no quiere ni oír hablar de adelanto electoral es el presidente del Gobierno. El objetivo prioritario, por encima de cualquier otro, es llegar a 2027 residiendo en el Palacio de la Moncloa. Lo que no está reñido con ir preparando el terreno por lo que pueda suceder, muy a su pesar. Las encuestas le dan un suelo al Partido Socialista nada despreciable, a la vez que evidencian también la irrelevancia política -y, sobre todo, la escasa capacidad de resultar decisivos- de los partidos a la izquierda del 'sanchismo'. Sumar se desangra y Podemos no es ni la sombra de lo que un día llegó a ser. Si el PSOE se mantiene a flote, reconocen algunos pesos pesados, es porque ha sabido fagocitar a los que son hoy y a los que un día fueron sus socios. 

Los pronósticos, incluidos los de Tezanos, no son nada buenos para la suma de las izquierdas, si se comparan -además- con el posible tándem de derechas PP-Vox. Además, nadie pasa por alto el chantaje constante de Carles Puigdemont, cuestión de confianza 'modo light' incluida, que en una semana va al Congreso. En Moncloa siguen  repitiendo la cantinela de que hay legislatura para rato y que quedan dos años más de "desavenencias entre los socios de Gobierno, porque no es un conflicto". Es una "situación normal entre dos partidos diferentes". Aunque, todo esto lo verbalizan ya con la boca pequeña. Hay preocupación por ver qué pasa en el hemiciclo el próximo martes.

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