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España alcanza su mayor nivel de agua embalsada en una década para esta época del año

Las lluvias elevan la reserva hídrica al 73,8% de su capacidad total, el mejor dato desde 2015 y un alivio tras años de sequía.

Reserva actual de cada cuenca hidrográfica.

Reserva actual de cada cuenca hidrográfica.Imagen de Miteco

Publicado por
Marian Romero
Madrid

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España respira algo más tranquila en materia de agua. Los embalses del país se encuentran al 73,8% de su capacidad total, la cifra más alta para esta época del año desde 2015, cuando alcanzaron el 78,1%. El dato supone un respiro tras varias primaveras marcadas por la escasez y confirma una tendencia al alza gracias a las lluvias abundantes de las últimas semanas.

En solo siete días, la reserva hídrica ha ganado 490 hectómetros cúbicos, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. El volumen actual, 41.347 hectómetros cúbicos, refleja el impacto positivo de las precipitaciones, especialmente notables en la vertiente atlántica y con registros destacados en zonas como Navacerrada (Madrid), donde se recogieron más de 100 litros por metro cuadrado.

Además de ser un buen dato en términos absolutos, el nivel embalsado en esta 14ª semana del año supera ampliamente los registrados en los últimos ejercicios: un 51,5% en 2023, 47,4% en 2022 o 63,1% en 2021, por citar algunos ejemplos.

Diferencias por cuencas

La situación, eso sí, varía según el territorio. Las cuencas internas del País Vasco lideran la clasificación con un 95,2% de llenado, seguidas por Tinto, Odiel y Piedras (93%) y el Cantábrico Oriental (87,7%). También presentan niveles muy positivos el Duero (86%), el Ebro (85,8%) y el Tajo (82,6%).

Por el contrario, el Segura continúa siendo la cuenca con más dificultades, con solo un 28,3% de su capacidad, seguida por la cuenca mediterránea andaluza (53,8%) y el Guadalete-Barbate (54,6%). Aun así, todas las regiones presentan una situación notablemente mejor que hace apenas un año.

Estos datos no solo traen esperanza para el abastecimiento y el riego agrícola, sino que refuerzan la importancia de gestionar con visión de futuro una infraestructura crítica ante el desafío del cambio climático.

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