El Ministerio de Hacienda pagó el viaje de Sánchez y 19 personas más a Turquía para la Internacional
El presidente del Gobierno utilizó un Airbus del Estado para trasladarse hasta Estambul

Pedro Sánchez y María Jesús Montero.
Pedro Sánchez utilizó un Airbus del Estado para viajar a Estambul y asistir al Consejo de la Internacional Socialista, pero no lo hizo solo: se llevó a 19 personas como parte de la delegación oficial de Presidencia. Este vuelo, y la logística asociada, fueron pagados con dinero público en lugar del PSOE, tal y como ha desvelado Okdiario.
La estancia de Sánchez en Estambul tuvo un perfil claramente partidista. El Ministerio de Hacienda, a través de la agencia de viajes del Estado, costeó el alojamiento y otros gastos relacionados con su presencia en el cónclave socialista. Una partida pública que debería haber sido financiada por el PSOE, pero acabó repercutiendo directamente en los presupuestos generales.
El motivo oficial aducido por Moncloa para justificar el uso del Airbus estatal fue una reunión bilateral con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, en el Palacio de Dolmabahçe. Sin embargo, este acto sólo sirvió para encubrir el desplazamiento al evento político, donde Sánchez participó en la celebración de un mitin la Internacional.
Entre los 19 acompañantes se encontraban altos cargos como Emma Aparici, Jorge Mijangos, Alexandra Gil, Juan Criado y María Rosa Rivet. Funcionarios de protocolo, comunicación y asuntos exteriores, cuyo desplazamiento en el Airbus estatal subraya el despliegue de recursos públicos para cubrir un viaje de carácter ideológico.
El coste parcial certificado por el Ministerio de Hacienda ascendía a 621,49 €, aunque los documentos apuntan a gastos adicionales aún no liquidados. Esta cifra refleja la estructura de un viaje organizado bajo el paraguas de contrataciones oficiales, pese a su evidente naturaleza partidista.
El Gobierno, liderado por la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, avaló este gasto. La utilización de la agencia oficial para costear un viaje que debió ser responsabilidad del PSOE revela una simbiosis entre el poder ejecutivo y la acción del partido gobernante, poniendo en cuestionamiento la separación de funciones entre instituciones y partido.
Este episodio se enmarca en un patrón claro: Sánchez combina actos de Estado con actos de partido cuando le conviene, endosando al contribuyente los costes de su agenda ideológica. Los hechos demuestran que, de nuevo, el PSOE traslada su factura al Estado, algo que compromete la ética del uso responsable de los fondos públicos y exige una rendición de cuentas inmediata.