Sánchez se empecina y Feijóo, con Bravo, se encumbra

El vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo, en el Congreso.
Pedro Sánchez se enroca. Está emperrado en volver a llevar al Congreso el mismo decreto ómnibus que decayó el miércoles pasado. No quiere ni oír hablar de presentar por separado la revalorización de las pensiones, las medidas por la dana, el SMI o las bonificaciones al transporte. Evidentemente, sigue en una pelea a brazo partido con Alberto Núñez para presentarlo como un líder sin empatía que desea hacer sufrir a los españoles derribando el escudo social.
No es fácil que ese relato sanchista acabe calando en la gente, aunque, desde luego, el equipo de comunicación sincronizada monclovita está echando toda la carne al asador. De momento, la comunicación de los populares gana por goleada. Así que reincidir en lo mismo parece una locura.
Mientras, en la otra orilla del río quien se ha cubierto de gloria es el vicesecretario general de Economía del PP. Está vez toca felicitar a Juan Bravo que, tumbando el decreto ómnibus del Gobierno, lleva en su mano un triunfo de los que abren la puerta grande de la plaza política.
Bravo no sólo ha tenido éxito convenciendo a su Grupo Parlamentario de una decisión difícil que debían adoptar y les introducía en un terreno donde era complicado calibrar lo que esperaba. Además, esta vez, ha logrado elaborar un diseño de respuesta política que ha hundido la estrategia de La Moncloa y Ferraz. Su paseíllo por distintos medios ha sido de diez. Y, aunque no sea usual, incluso, han salido en tromba la mayoría de mandatarios populares a respaldar sus argumentos. Por cierto, unos argumentos bien elaborados y muy claros.
Por primera vez, también, el Partido Popular ha sido capaz de poner en marcha una campaña en redes sociales que ha calado en los públicos más jóvenes y más veteranos, a los que hace mucho tiempo que no se acercaba. Todo un éxito.
A. M. BEAUMONT