Arrimadas en Valencia: cuando las sensaciones importan más que las palabras

Unidad, participación, talento, no a las baronías... Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos en el Congreso y aspirante a dirigir su partido, ha desgranado en Valencia su intenciones de futuro para el partido. Aunque más que palabras, la militancia estaba necesitada de entusiasmo y sentimientos. Por eso llenaron el piso superior del Palau Alameda e incluso las escaleras de acceso superando con creces las moderadas previsiones de asistencia.

También por el mismo motivo le solicitaban constantemente fotos y se acercaban a saludar a la líder in pectore de un partido sumido en un depresión postelectoral que busca saber si tiene futuro o si debe vivir de recuerdos de lo que fue hace solamente unos meses. O de la rabia de no haber aprovechado lo que pudo haber sido.

La cercanía, el tono, el ambiente, convencieron. Otra cuestión consistía en parte del mensaje de Arrimadas, que sigue obcecado en los mismos tics de su predecesor, Albert Rivera, con los apellidos Torra y Sánchez protagonizando casi cada frase. Y la insistencia en Cataluña, como si no hubiera más autonomías. El mismo mensaje que condujo a la debacle ciudadana.

"La mitad de la gente que estaba conmigo salía entusiasmada y la otra mitad con ganas de escuchar a Igea y proclive a apoyarle", explica un destacado asistente.  De esta forma entremezcla las sensaciones que transmite el carisma de Arrimadas y el repetitivo discurso.

No obstante, si algo dejó claro y emitió con hechos y palabras consistió en la petición de unidad. Ese fue el recado que trasladó para que quede constancia de cara al intenso mes que espera a su partido y, sobre todo, ante la división existente en la Comunidad Valenciana. Sus fotos y alusiones repetidas tanto al portavoz de la formación, Fernando Giner, como al síndic, Toni Cantó, demostraron que cuenta la capacidad de ambos, y remando en la misma dirección.

También la asistencia de las dos diputadas valencianas en el Congreso, María Muñoz, por la circunscripción de Valencia; y Marta Martín, por la de Alicante. La presencia de esta última provincia no destacó, y llamó la atención la ausencia de alguno de los baluartes orgánicos y/o alicantinos de la formación. En el caso de Emilio Argüeso, que apoya a Arrimadas, se hallaba en Bruselas por un viaje programado desde hace dos meses. Por Castellón estaban prácticamente las que son.

El acto sirvió para reafirmar que las personas de más confianza de la portavoz en el Congreso en las instituciones valencianas resultan, posiblemente por este orden, el portavoz y el síndic, Ambos la recogieron en la estación del AVE cuando llegó con Carlos Cuadrado, y los dos comieron después del acto con ella y con sus respectivas parejas. Más la castellonense Cristina Gabarda y su acompañante.

Numerosos militantes acudieron, sobre todo, con el deseo de saber si había realmente partido o si tenían que sumirse en el desánimo o en otros objetivos políticos. La expectación se disparó en las horas previas ante una organización que no tenía todas consigo sobre si llenaría Arrimadas.

Y lo consiguió con el tirón que volvió a demostrar que tiene. Y con el hálito de ilusión que todavía se mantiene en muchos cargos, que salieron convencidos de que partido hay. Ahora les toca reorganizarlo en marzo con la elección del comité ejecutivo y en la posterior asamblea.