El dinero de los narcos también compra voluntades en la Guardia Civil

El suceso acontecido el pasado viernes en Barbate, donde murieron dos agentes de la Guardia Civil arrollados por una narcolancha ha puesto en el foco de la opinión pública el problema evidente que existe en las costas andaluzas y la precariedad de medios con los que cuentan los cuerpos de seguridad para combatir las mafias. El Estrecho de Gibraltar y el río Guadalquivir son los lugares de entrada de la droga en Europa y los clanes que se dedican a moverla cada vez son más activos y violentos.

Un destino para trabajar "maldito" para los agentes que con escasos medios y efectivos se juegan su integridad física por un sueldo bajo, así como para los jueces que ven como la ley criminal se queda corta ante estas mafias, que cuentan con mucho dinero para operar y también para comprar voluntades, como ha sucedido en Sevilla, donde este viernes han declarado culpable a un teniente de la Guardia Civil por su complicidad con los narcos.

Barbate, un "destino maldito" para los agentes y también para los jueces

El jurado popular del juicio celebrado en la Audiencia de Sevilla contra el teniente de la Guardia Civil, Raúl P.M., acusado de presuntos delitos de revelación de secretos, cohecho, tráfico de drogas y hurto, lo ha declarado culpable de haber obtenido dinero del mundo del narco a cambio de información policial, de haber intentado hurtar 100.000 euros ocultos en un coche depositado en la Comandancia de la Guardia Civil de Montequinto (Sevilla) y de haber intentado robar 29 fardos de hachís custodiados en dichas instalaciones, para traficar con los mismos.

Una 'oveja negra' en el cuerpo

El jurado popular de este caso se ha pronunciado por unanimidad a la hora de leer su veredicto, teniendo en cuenta que durante la fase de conclusiones la Fiscalía rebajaba la solicitud de prisión de para el teniente de 14 años y cuatro meses a 12 años y un mes, juzgado junto a sus dos presuntos compinches, también declarados culpables.

Esta rebaja se debe a que, en el trámite de conclusiones finales, el fiscal modificaba su escrito, considerando que los citados delitos de tráfico de drogas y de hurto, asociados a la operación presuntamente promovida por el agente para robar junto a sus supuestos secuaces 29 fardos de hachís del depósito de la Comandancia de Montequinto, tienen el grado de tentativa y no de consumados, al haber sido frustrada la operación con el arresto de los tres inculpados y la intervención de la droga.

Según el fiscal, dado que en todo momento Asuntos Internos tuvo constancia de la operación y estuvo siguiendo a los acusados, la droga en cuestión, recuperada al ser truncado el robo, "siempre estuvo bajo control policial" y fue "aprehendida" una vez detenidos los dos presuntos colaboradores del agente cuando los mismos intentaban salir de la Comandancia de Montequinto a bordo de una furgoneta donde habían cargado los 29 fardos de hachís.