Los andaluces vuelven a llenar los barreños de agua como en los años 90

Los andaluces 'regresan' a los años noventa y tendrán que recuperar viejas prácticas como llenar bañeras, garrafas y barreños de agua para realizar sus labores domésticas y de higiene personal durante la noche. Los cortes del suministro a la población vuelven por la intensa sequía que azota por quinto año consecutivo a Andalucía y muchos se acuerdan de lo vivido entre 1991 y 1995, en los que sólo se disponían de ocho horas de agua al día y a partir de esa franja no salía una gota por el grifo.

Una durísima situación que ya padecen los vecinos de los municipios de la zona norte de Córdoba y que se extiende por el interior de la región, así como en otros lugares costeros se toman medidas para reducir el consumo en plena temporada de turismo y con la previsión de multiplicar la población.

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Los últimos en ser victimas de la sequía son las localidades de la Sierra de Huelva, donde las restricciones comienzan a aplicarse cada noche. Ocho municipios y una pedanía están afectados en después de sumarse esta semana el pueblo de Aracena a las interrupciones del suministro.

Medidas drástricas

La empresa pública Giahsa se ha visto "obligada" a iniciar las restricciones a la población al comprobar que el aumento del consumo de agua que se estaba registrando en las últimas fechas había provocado una "considerable reducción" de los niveles de reserva. Las restricciones serán en la mayoría de los casos entre las 01.00 y las 07.00 de la madrugada, momento en el que se reducirá la presión de la red, por lo que el caudal de agua en los grifos será débil o nulo. Con estas medidas darse una ducha o fregar los platos se convierte en una tarea complicada como bien saben por experiencia los andaluces.

Uno de los embalses más afectados por la sequía: La Viñuela, en Málaga.

La sequía cada vez es más extrema en el sur de España y los embalses se encuentran en torno al 25% de su capacidad, por lo que será complicado cubrir las necesidades de la población y aún más de cara a la temporada turística. Treinta años después los andaluces reviven la falta de agua en sus hogares, aunque de momento esto no afecta a grandes capitales como Sevilla o Málaga, como ocurrió en los noventa. Incluso en aquella fechas se barajó la posibilidad de evacuar a la población de la capital hispalense por la falta de este recurso vital, puediendo haber sido los primeros 'refugiados climáticos' del país.