El presunto yihadista que atacó dos iglesias: un marroquí pendiente de expulsión

Los últimos detalles sobre el impactante ataque a dos iglesias en la localidad de Algeciras (Cádiz) este miércoles por la tarde apuntan a que el hombre que asesinó a un sacristán y dejó gravemente herido a otro párroco es un posible yihaidista que actuó como un 'lobo solitario'.

El atacante que fue detenido por la Policía después de la brutal agresión en los templos, responde al nombre de Yassine Kanjaa, tiene 26 años y es de nacionalidad marroquí. Según fuentes cercanas al caso, el joven se encontraba en situación irregular en España, ya que sobre él pesa un arresto en su ficha policial que se produjo en el mes de junio de este verano pasado, en el que los agentes reflejan que carecía de los papeles de residencia por lo que se iniciaron los trámites para su expulsión, según confirma El Confidencial.

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Sin embargo, parece ser que tras este arresto se detuvo el proceso para devolverlo a su país y no llegó ni a producirse el siguiente paso del protocolo que era su internamiento en un centro de extranjeros. Aunque en estos casos, a pesar de estar en la calle continúa su expulsión, los trámites burocráticos, ya sean de la propia administración española o la de Rabat, que debe reconocer al ciudadano como compatriota, suelen alargarse enormemente.

Los datos apuntan a que es un 'lobo solitario'

El ataque del joven marroquí se está investigando como terrorismo en la Audiencia Nacional, porque aunque aunque actuó sin la complicidad de otras personas y no existían sospechas sobre su pertenencia a una célula terrorista, ni otras detenciones, puede responder al perfil de un 'lobo solitario'.

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Este es uno de los tipos de terrorismo que se encuentran las fuerzas de seguridad, jovenes que se radicalizan y actúan solos. La actitud de Kanjaa al entrar en las dos iglesias lanzando al suelo los objetos religiosos e increpando a los fieles que estaban en el interior pueden coincidir con este perfil. Además, discutió con los dos curas y en su primera irrupción recprochó la celebración de los oficios religiosos. Para posteriormente, perpetrar el ataque con un machete de grandes dimensiones y un cuchillo.

El presunto asesino fue detenido poco después de asesinar al sacristan de La Palma y herir al titular de San Isidro y fue puesto a disposición policial.