| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Lewandowski celebra uno de sus goles en el Barcelona - Villarreal.
Lewandowski celebra uno de sus goles en el Barcelona - Villarreal.

Lewandowski y Ansu Fati curan las heridas del Barcelona goleando al Villarreal

El delantero polaco, con un doblete, y el internacional español hicieron los goles en la abultada victoria de los culés ante el Submarino y recuperan moral de cara a competir por la Liga.

| Alberto Marrero Deportes

El Barcelona se impuso cómodamente al Villarreal por 3-0 en el Camp Nou en el partido correspondiente a la jornada 10. Dos golazos de Robert Lewandowski y otro de Ansu Fati permiten a los de Xavi levantarse tras la derrota sufrida en el Clásico y volverse a enchufar en la lucha por el campeonato, aunque ahora tendrán que seguir sin fallar esperando el pinchazo del Real Madrid, que es líder en solitario. 

El Villarreal aterrizaba en el Camp Nou con la clara intención de aprovecharse del momento anímico del Barça que en una semana ha visto cómo se quedaba fuera, una vez más, de los octavos de final de la Champions League y cómo caía derrotado en el Clásico por 3-1. Además, una triste noticia, el fallecimiento de José Manuel Llaneza por el cual se guardó un respetuoso minuto de silencio, sacudía en la tarde del jueves al Submarino y no quedaba otra al equipo de Unai Emery de ponerlo todo en el verde para brindarle la victoria ante un rival de la enjundia de los culés.

Ante las decepciones sufridas en los últimos partidos Xavi Hernández optó por una revolución en el once. Con varios cambios respecto al último encuentro, en el Barça jugaba Ter Stegen defendiendo la portería, Sergi Roberto, Koundé, Marcos Alonso y Jordi Alba en la línea defensiva, De Jong, Gavi y Pedri en la medular y Lewandoski, Ferran Torres y Ansu Fati en el tridente. Por tanto, Busquets, Dembélé, Eric o Raphinha quedaban señalados.

Comenzaba el choque en la Ciudad Condal y el Barça tardó sólo dos minutos en advertir al Villarreal con un disparo que se fue rozando el poste cuáles eran sus intenciones. Desde el principio se vio a un Submarino defendiendo en su campo regalando el balón a un rival y tratar de esperar algún contragolpe para poderles hacer daño, pero no sería la noche para eso.

De hecho, las veces que lo intentó el Villarreal en el primer acto fracasó por los cortes de futbolistas como Koundé o Marcos Alonso, salvo una en la que Danjuma pudo superar al francés para estrellar el cuero en el lateral de la red. Salvo esa llegada de los hombres de Unai Emery, el resto fue un monólogo del Barça en los primeros 45 minutos.

El mayor peligro lo creaba Ansu Fati, demostrando que le gusta ese fútbol más directo sin florituras, no como a Dembélé o Raphinha, que parece que tienen que hacer dos bicicletas y un recorte antes de pasarla o chutar. En la otra banda estaba un discreto Ferran Torres que tiene la fortuna de ser uno de los favoritos de Luis Enrique y por ello acabará estando en el Mundial. Frenkie de Jong, exquisito haciendo de Busquets en labores defensivas, en la creación y también participativo en ataque. Lewandowski, como buen cazador, callado e inadvertido hasta que sabe que es el momento de morder.

Diez minutos letales

El Barcelona parecía que quería ser algo más directo en el juego, pero con los once futbolistas rivales defendiendo en su campo era complicado. Pero ahí estaba Pedri para emular a Iniesta viendo esos espacios que nadie ve y Jordi Alba para tirar ese desmarque para después poner un centro como los que le ponía a su amigo Messi. Lo que ahora no estaba el argentino, sino un polaco que huele el gol y la mete. El cuero llegó a Lewandowski y en lugar de tirar de primeras se sacó de la chistera un control con el tacón para engañar a dos rivales y acabar definiendo ante la salida de Rulli.

Pasaron cinco minutos y otra vez el depredador de Varsovia. Esta vez la robó Pedri en la medular, y se la dio a Gavi, que aguantó como un toro los agarrones que sufrió en su galopada. El canterano andaluz abrió el juego a la esquina del área, donde recibió Lewandowski. El internacional polaco recortó hacia dentro y la clavó en el palo largo. Rulli voló, pero no había nada que hacer ante este goleador de videojuego. 

Y como no hay dos sin tres, como si fuera poco dos goles encajados, el Villarreal recibió el tercero. La tocaron los de Xavi y Ferran Torres penetró en el área dejando a dos rivales detrás antes de asistir a Ansu Fati, que está mandando señales a Luis Enrique. El joven futbolista mandó su primer remate al palo, pero supo rectificar para mandar, con un sutil taconazo, la bola al fondo de la red. 

Bajando una marcha

Con el 3-0 se señaló el intermedio y en la segunda mitad el Barcelona volvió a ser el claro dueño del balón. Es cierto que el Villarreal ahora presionaba más arriba, pero los culés superaban esas líneas y con robos de Gavi o desmarques de Jordi Alba se plantaban en el área del Submarino Amarillo casi sin problemas. Otra cosa es que a Ansu le costaba definir y a Lewandowski firmar su segundo hat-trick como azulgrana.

Ni la entrada del Comandante Morales permitía al Villarreal acercarse a ese primer gol con el que recortar distancias. Hasta el Barça parecía que estaba ya a medio gas y que se conformaba con ese 3-0 que, sin duda, les hacía olvidarse aunque sea de la derrota en el Clásico. Porque lo de la Champions va para largo después de que se volviera a abrir la brecha que se hizo el curso pasado. 

El Villarreal tampoco creía en la heroica aunque actuase con una presión y aprovechaba Xavi Hernández para hacer varios cambios. Bellerín volvía a los terrenos de juego al entrar por Sergi Roberto y Frenkie de Jong, tras un partidazo, pedía el cambio porque estaba exhausto. Busquets entró por él y, obviamente, no tuvo ese despliegue físico, pero continuó en esa línea de dar consistencia al centro del campo culé. 

Pitos a Piqué

Hasta Xavi Hernández se dio el gusto de darle descanso a Robert Lewandowski. También prefirió retirar del campo a Ansu Fati para seguir ese plan de ir poco a poco. Raphinha y Dembélé entraron al campo minutos antes de que Gerard Piqué sustituyese a Koundé. Aquí hay minutos para todos. Hasta para los señalados. Porque ni el ambiente festivo calmó las aguas y cada vez que Piqué tocaba el balón había choque en la grada: una parte pitaba y otra le ovacionaba para contrarrestar la música de viento.

Mientras la grada se dividía con Piqué pasaban los minutos y Raphinha a punto estuvo de aumentar la diferencia en el marcador tras un pase de Dembélé. El galo le quiso regalar otro a Ferran y el internacional español también falló. Ni Pedri con un disparo lejano pudo batir a Rulli, por lo que tras tres minutos de añadido llegó el final de un partido que sirve al Barça para lamerse las heridas y volver a recuperar moral en la Liga Santander.