| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Hamilton saca el martillo dos veces

El inglés sacó del asfalto a Verstappen en la primera curva, fue sancionado, pero consiguió remontar y ganar la carrera. Sainz fue sexto y Alonso séptimo.

| Miguel Queipo Deportes

Dos veces sacó el martillo Hamilton en el Gran Premio de su casa, Inglaterra, y las dos veces, como Pablito, clavó un clavito. El heptacampeón del mundo se impuso en Silverstone en una carrera polémica pero muy entretenida, tras golpearse y provocar el abandono de Verstappen en la primera vuelta, ser sancionado, remontar como un poseso y adelantar a Charles Leclerc y su Ferrari en las vueltas finales.

El insulso Bottas completó el podio mientras que Sainz, otra vez lastrado por una pésima parada en boxes, fue sexto y Alonso, con su carrito de helados marca Alpine, logró una brillantísima séptima plaza.

 

Pero la prueba estuvo marcada por la sensacional primera vuelta que protagonizaron Hamilton y el todavía líder del Mundial, Verstappen. Max salía en la pole, pero Lewis salió mejor desde la segunda posición y se emparejó durante varias curvas, rueda a rueda, con el neerlandés. Hasta que llegó la frenada de la mítica curva de Copse.

Hamilton se tiró por dentro, pasadísimo, martillo en mano. Verstappen, igual de pasado, intentó cerrar la puerta cuando ya no se podía. O tal vez sí, pero no lo parecía. Los monoplazas se golpearon: la rueda trasera derecha de Max con la delantera izquierda de Hamilton. Verstappen estampó su Red Bull a 51 G contra las protecciones. Salió en pie, los milagros existen, pero fuera de carrera. Su liderato, cimentado tras una racha sensacional, en entredicho por no saber cuándo conviene relajarse: por algo es Mad Max.

 

 

La bandera roja decretada para sacar de las protecciones el amasijo de fibra de carbono del Red Bull permitió a Mercedes reparar los pocos desperfectos aerodinámicos del monoplaza del campeón del mundo. Leclerc, aprovechando la coyuntura, se había situado primero, así que en la relanzada, otra salida desde parado, saldría desde la pole.

Una pole que supo aguantar, manteniendo a Hamilton detrás. Tras las paradas, Bottas era tercero aprovechando un mal cambio de ruedas de otra vez un muy bien Norris, Hamilton cumplió la sanción de diez segundos (a juicio de este cronista, injusta) que le interpuso dirección de carrera al montar los duros y desde ahí volvió a sacar el martillo para remontarle casi veinticinco segundos a Leclerc, adelantarle a tres vueltas del final y volver a ganar en Silverstone, la octava en el antiguo aeródromo de la RAF.

Por detrás, los españoles estuvieron sensacionales: Sainz hizo dos arrancadas (salida y resalida) como un disparo y podría haber sido cuarto si en Ferrari hubieran hecho un cambio de gomas normal y no diez segundos más lento de lo acostumbrado. No pudo en el tramo final con Ricciardo, pero tiene un ritmo endiablado con aire limpio y solo le falta ganar algo más de confianza para meter el morro del Cavallino con más decisión.

Alonso, mientras, sigue demostrando que tiene manos de mago y llevó a su Alpine a la séptima plaza, peleando con monoplazas mucho más rápidos que el suyo, saliendo dos veces como un disparo, defendiéndose como gato panza arriba y dejando claro que los viejos rockeros nunca mueren. Que se lo digan a Hamilton.