| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Checo Pérez pesca en el guirigay de Ferrari

El mexicano Checo Pérez (Red Bull) se impuso en el legendario GP de Mónaco, en una carrera en la que Carlos Sainz pudo ganar, aunque al final se tuvo que conformar con la segunda plaza.

| Miguel Queipo Deportes

El mexicano Checo Pérez (Red Bull) se impuso en el legendario GP de Mónaco, esta vez pasado por agua en el arranque, aprovechando un inexplicable error estratégico de Ferrari, que hundió a Charles Leclerc, dominador de la prueba hasta los pasos por boxes, hasta la cuarta posición. Carlos Sainz hizo una carrera en la que pudo ganar, pero acabó segundo, como el año pasado, perjudicado porque también en su paso por garajes la estrategia de la Rossa le bloqueó detrás de un doblado con neumáticos fríos. Ese tiempo pudo costarle la victoria. Max Verstappen acabó tercero, en lo que es la primera carrera que acaba y no gana el todavía líder del Campeonato del Mundo. Alonso guió a su Alpine a la séptima plaza, muy lejos de las posiciones cabeceras.

La carrera comenzó con una tormenta veraniega provocando el caos en Mónaco, sobre todo en una dirección de carrera que parece aborrecer el agua. La carrera se retrasó por una hora mientras los pilotos se impacientaban, y todo por intentar que la pista se secara. Desde que Liberty controla este deporte, el gato que le tiene a la lluvia esta competición roza la demencia. Pero al menos la carrera comenzó, sobre gomas de lluvia extrema.

Leclerc, piloto local, puso pies en polvorosa desde el principio, con Checo guardando sus espaldas y Sainz por detrás. Casi cinco segundos de ventaja hacían presagiar que el mal fario del piloto monegasco en la carrera de casa (nunca había terminado ninguna carrera en el Principado, en ninguna categoría) iba a llegar a su final. Comenzaron las paradas en boxes para cambiar a intermedios y Leclerc cubrió posición con los Red Bull, mientras Sainz convencía a su muro de que era mejor seguir en pista, pese a que el resto de monoplazas eran cinco segundos más rápidos en pista. Así lo hizo. Su estrategia era parar sólo una vez.

A Sainz le salió más o menos bien, si no le llega a liar la estrategia que le mandó detrás de un doblado, lo que le impidió poder superar a Checo, que se puso líder. Pero la exhibición del muro de Maranello fue aún peor: metieron a Leclerc para su segunda parada en la misma vuelta en que Sainz pasaba por boxes, por lo que tuvo que esperar al cambio de gomas del madrileño y, al incorporarse a pista, era cuarto, incluso por detrás de Verstappen, su gran rival por el título. Carrera por el retrete.

Tras un fortísimo accidente de Mick Schumacher en la Piscina con su Haas, partiendo el chasis por la mitad como Caffi en 1991 y saliendo milagrosamente ileso, hubo una una bandera roja. La resalida sólo ofreció momentos de tensión en las últimas vueltas: las gomas de Pérez se vinieron abajo por graining, Sainz intentó presionar hasta que se fueron las suyas, Verstappen mantuvo posición por delante de Leclerc y Alonso, rodando a veces extraordinariamente lento y otras veces zumbando como un mosquito, mantuvo la séptima plaza de parrilla para volver a tener un final en los puntos.

El Mundial se comprime extraordinariamente, con Verstappen, Leclerc y Pérez en solo quince puntos en la tabla. El Mundial está bonito y ahora empieza ya, de verdad, la parte bonita de la temporada, con los circuitos tradicionales que enervan a los aficionados a este deporte. La guerra Ferrari-Red Bull está servida.