| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Juanma Moreno, esta semana en el Parlamento andaluz
Juanma Moreno, esta semana en el Parlamento andaluz

El plan en marcha de Juanma Moreno para convertirse en el Feijoó de Andalucía

Ni elecciones anticipadas ni sobresaltos: el presidente tranquilo de Andalucía tiene una hoja de ruta propia que pretende mantener a toda costa y le sitúa muy arriba.

| Javier Rodríguez España

Hace apenas tres años, pocos daban un duro por Juanma Moreno, derrotado en las encuestas por un PSOE aún poderoso pese a los achaques de una Susana Díaz ahora discutida por los suyos y señalada por su eterno enemigo, Pedro Sánchez.

Hoy, es el presidente de la Junta de Andalucía, los sondeos le acercan a la mayoría absoluta y su espejo electoral es Alberto Núñez Feijoó, el barón sin techo en Galicia que despedaza a sus rivales elección tras elección y ha eliminado de su tierra toda sombra de VOX, capaz de discutirle millones de votos al PP en casi toda España.

En ese contexto, una especie ha comenzado a brotar, según la cual Moreno está a punto de convocar Elecciones anticipadas para aprovechar su popularidad y, a la vez, la decrepitud de su gran rival, lastrado por las condenas de los ERES que colocan a Griñán al borde de prisión; el debate sucesorio de Susana Díaz y su incipiente peso en su propio partido.

 

Pero no, el "hombre tranquilo" nacido en Barcelona pero malagueño por los cuatro costados, no apretará el botón electoral, según explican a ESdiario desde el Palacio de San Telmo. "No habrá adelanto", explican apelando a unos argumentos inapelables: con unos presupuestos aprobados, la pandemia en vigor y la recuperación económica pendiente, "no se puede pensar en urnas".

Su mensaje es entendido y aceptado en Génova donde, pese a los intentos por introducir una cuña entre Casado y Moreno a cuento de los congresos provinciales, se respeta y escucha al presidente andaluz como a pocos otros y se asumen sus tiempos.

Solo el cónclave de Sevilla, donde las tensiones han sido elevadas, pone algo de sombra a la relación entre las direcciones regional y nacional: la reelección de Virginia Pérez como presidenta de los populares sevillanos, en detrimento del "morenista" Juan Ávila, será oficial este sábado y dejará alguna herida abierta en el camino.

Los planes de la Junta pasan por las previsiones que sus técnicos han hecho para empezar a remontar el desastre económico generado por la pandemia, que fuentes oficiales sitúan para este periódico "en el cuarto trimestre del año", cuando el efecto positivo de un verano con más movimiento empiece a percibirse.

La duda de Cs

Solo algo puede alterar ese plan, que es firme y válido para agotar la legislatura: que Ciudadanos rompa la coalición o, en menor medida, VOX deje de apoyar al Gobierno preocupado por una tendencia hacia la marginalidad por el apogeo del PP andaluz.

A ese respecto, la tensiones son más internas en Ciudadanos que de Ciudadanos hacia el PP. El vicepresidente Juan Marín es "uña y carne" con Moreno y domina las siglas hasta donde se pueden controlar; pero su grupo parlamentario no es una piña y al menos una de sus consejeras, Rocío Ruiz, es más proclive al PSOE y a la "opción murciana".

El plan de Moreno no incluye elecciones y todo pasa por reforzar la recuperación económica... si Cs o VOX no lo estropean

Si esas disensiones internas crecen, algo que puede ocurrir por el efecto expansivo de un hundimiento en Madrid el 4M que quizá provocara la salida de la propia Inés Arrimadas, puede surgir una sombra en la cohesión del Gobierno que llevara a Moreno a activar la cita electoral.

Los problemas, en el PSOE

Frente a la placidez que, pese a esas turbulencias, rodea a Moreno, la crisis del PSOE andaluz es inmensa y tiene a Susana Díaz al borde del acantilado. Tres nombres suenan con fuerza para ese pulso sucesorio que la expresidenta aguantará y librará con todas sus fuerzas, a sabiendas de que a las ganas de desalojarla desde Ferraz se le suman las de sus propios compañeros en al menos tres provincias: las direcciones de HuelvaCórdoba y Jaén están claramente alineadas contra el “susanismo”, aunque está por ver que los militantes de esas tres provincias secunden a sus teóricos jefes.

La candidata de Madrid es, claramente, María Jesús Montero, ministra de Hacienda y portavoz, pero para aspirar a la presidencia andaluza, no tanto para medirse en un cara a cara con Díaz en el primer round del combate: la secretaría general.

El declive de susanismo

Para ese pulso, los nombres más citados son los del alcalde de Sevilla, Juan Espadas; el diputado por Jaén, Felipe Sicilia; y el vicepresidente del Congreso y miembro de la Ejecutiva Federal, Alfonso Rodríguez de Celis, que hace solo unos días apretó más las clavijas de la jefa recordándole que, si acaso había pensado en que no habría siquiera Primarias, las habrá. Y para lograr un "liderazgo renovado".

 

No hablaba a título personal: lanzaba el mensaje que este lunes se aprobó en la Ejecutiva Federal de Sánchez, con su bendición, sin citar nombres ni territorios, pero claramente dirigido a Andalucía. 

 De todos ellos, el aspirante menos tutelado tal vez sea el regidor hispalense, con fuerzas propias más allá del respaldo de Ferraz, que tampoco le descarta: el pasado enero, cuando José Luis Ábalos viajó a reunirse con Susana Díaz para darle un “recadito” que a ella la soliviantó; la segunda persona a la que el número dos del PSOE y ministro de Transportes vio fue al propio Espadas.

Con la oposición divida y sendos feroces enfrentamientos en el PSOE, por un lado, y entre Adelante Andalucía y Podemos, por otro; la estrategia de Moreno es la misma que le hizo triunfar: esperar, no hacer ruido, gobernar con tranquilidad y dejar que los andaluces se acostumbren a su presencia. Y parece que ya lo han hecho.