| 28 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Casado se dirige a su comité de dirección el pasado viernes.
Casado se dirige a su comité de dirección el pasado viernes.

Los congresos provinciales tensan el PP: "Casado solo quiere ocupar el partido"

La renovación de los liderazgos provinciales, empezando por los del PP de Andalucía, ha abierto en canal la formación en pleno debate sobre el proyecto del presidente. O la falta de él.

| Ana Martín España

La decisión de la dirección nacional del PP de abrir una oleada de congresos provinciales extraordinarios en pleno debate interno sobre el proyecto de Pablo Casado -o la falta de él- está tensionado las costuras del partido en todo el país. 

"Casado solo quiere ocupar el partido. Resulta que su plan era invadirlo y ya, no hay más plan. Hemos perdido dos años y medio sin avanzar en lo más mínimo. Y encima de los congresos provinciales siempre salen perdedores, y Vox está con la caña echada. Antes si salías del PP no había dónde ir. Ahora sí", reflexiona descarnadamente un alto cargo del PP en Andalucía. 

Es allí, en la tierra de Juan Manuel Moreno, donde a día de hoy existen las mayores hostilidades. Génova ha decidido que todos los congresos provinciales del PP andaluz se celebren entre marzo y abril de forma telemática (y con las limitaciones e inconvenientes que ello conlleva), una decisión que no comparte el presidente regional, volcado en la pandemia.

El primero será, el sábado 6, el Congreso del PP de Granada. Después seguirán los de Málaga y Córdoba. El de Sevilla se celebrará, finalmente, el 27 de marzo. El pasado sábado la presidenta de los populares sevillanos, Virginia Pérez, que cuenta con las bendiciones de la dirección nacional, fijó el Congreso provincial de su reelección en contra del criterio de Moreno. Así están las cosas de tensas. 

La presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, candidata a la reelección con el aval de Génova.

 

Pero no solo en Andalucía cuecen habas. En Castilla y León, el siempre agitado Congreso del PP de Valladolid iba a celebrarse el próximo sábado pero de momento está in albis en espera de la recuperación de su presidente, Jesús Julio Carnero, ingresado por Covid. El de Ávila ya tiene fecha. El de Burgos aún no pero se prevé a cara de perro. 

En Castilla-La Mancha ya se celebraron los de Albacete y Ciudad Real y quedan pendientes Toledo, Guadalajara y Cuenca. El de Mallorca fue el pasado sábado. En Extremadura están al caer los de Cáceres y Badajoz. En Aragón fueron más tempraneros: los de Zaragoza, Huesca y Teruel tuvieron lugar entre noviembre y enero.

Pablo Casado y Teodoro García Egea quieren que estén todas las estructuras provinciales renovadas (o reelegidas) a lo largo de este año para después empezar con los congresos regionales, con Madrid como epicentro de la batalla y los pocos veteranos que quedan en retirada. Véase el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago.

La Convención retrasará aún más la convocatoria del Congreso nacional

Los críticos se malician que, con ello, el presidente del PP no solo laminará la poca disidencia que queda en las estructuras territoriales para colocar a su gente, sino además ganar tiempo para posponer lo máximo posible su propio Congreso.

De eso -advierten- va también la Convención nacional que Casado anunció para otoño: no tiene sentido celebrar una Convención de ese calado para medio año después convocar un Congreso nacional. Otra clave: en una Convención se evalúan la estrategia y las políticas, no a la cúpula con nombres y apellidos.

Cada tres años, pero depende

En teoría, Casado debería someter su liderazgo a examen en el verano de este 2021, puesto que con los Estatutos en la mano todos los congresos ordinarios del PP (el nacional, los regionales, los provinciales, los locales...) han de celebrarse cada tres años.

Sin embargo, tradicionalmente el calendario congresual siempre ha estado sujeto al electoral. Por ejemplo, Mariano Rajoy convocó el XVII Congreso nacional en febrero de 2012, apenas tres meses después de su mayoría absoluta, y no convocó el XVIII hasta cinco años después: en febrero de 2017, una vez reelegido presidente del Gobierno. 

Tiempo. Tiempo es lo que siempre pide y busca Pablo Casado. Ya se lo recordó a los miembros del Comité Ejecutivo Nacional en la reunión del pasado 16 de febrero: "Nuestros predecesores tuvieron siete años y medio para consolidar un proyecto ganador del que este año se cumplen 25 y 10 años respetivamente, pero dadas las circunstancias que atraviesa España, nosotros debemos tenerlo listo en la mitad de tiempo".