| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Abascal y Casado, con un mandato para sentarse y dialogar.
Abascal y Casado, con un mandato para sentarse y dialogar.

El puzzle de Casado: Génova busca fórmula para no caer en la "trampa"de Sánchez

En la cúpula popular planea en estas horas el axioma de que "la política es el arte de hacer posible lo imposible". Y en esas andan el líder y el presidenciable Mañueco. Hay tiempo.

| Antonio Martín Beaumont España

La posición de Pablo Casado parece inamovible. Eso dicen en Génova 13. No a un gobierno de coalición con Vox. Punto. Cierto, el pacto con los de Santiago Abascal moviliza a la izquierda, ahora desmotivada. No es un problema menor. Pronto llegarán las citas electorales de Andalucía y la Comunidad Valenciana.

Aunque, a la postre, no se olvide, la partida que se juega también es la capacidad del centro-derecha para entenderse. Asunto importante para la pretensión del líder del PP de alcanzar La Moncloa. Así pues, las piezas probablemente deban irse moldeando. Lo que sí se hace necesario es algún tipo de comunicación entre el propio Casado y Abascal.

 

Al elector del bloque de derechas le sobra la confrontación entre sus líderes. El adversario es Pedro Sánchez, a quien desean sacar del poder, máxime cuando se ha rodeado sin reparos de una panoplia de siglas radicales de izquierda, independentistas y herederos de ETA. Rescatar a España del agujero en el que la han ido metiendo los cálculos personales del actual presidente merece el paso al frente de PP y Vox. Respetándose antes que nada. Teniendo presente la representación de cada uno.

La partida que se juega también es la capacidad del centro-derecha para entenderse. Asunto importante para la pretensión del líder del PP de alcanzar La Moncloa. Así pues, las piezas probablemente deban irse moldeando. Lo que sí se hace necesario es algún tipo de comunicación entre el propio Casado y Abascal.

“Junto al radicalismo no se construyen mayorías amplias”, señalan mandos populares. No les falta razón, basta ver cómo Sánchez ha ido de mal en peor desde su abrazo con Pablo Iglesias.

Pero, la política es el arte de hacer posible lo imposible. Y aunque sea una frase manida, muchas veces se hace realidad. Lo contrario, en este caso, sólo sirve para achicar el espacio de acción de la alternativa y extender el de Sánchez. Caer en la trampa de la izquierda.

 

El triunfo de Mañueco ha creado el primer dilema inaplazable para Casado: qué hacer con Vox.

 

En la séptima planta de Génova crujieron las bisagras sólo por el hecho de que Isabel Díaz Ayuso afirmase: “Siempre pactaría antes con el partido de Ortega Lara que con el partido que le secuestró”. La presidenta de la Comunidad de Madrid tiene clara la necesidad de combatir esos tópicos del socialismo que han conseguido disuadir al PP de normalizar la relación con Vox. ¿Cordón sanitario para Vox y no para Bildu?

Ayuso asume riesgos. Obviamente. Pero para alguien comprometido con sus siglas tiene sentido plantear una revisión de la estrategia que no ha funcionado según lo previsto en las elecciones de Castilla y León. La andadura del PP nacional no puede seguir siendo más de lo que se les ha atragantado en las urnas.

Por cierto, ya que el Pisuerga pasa por Valladolid, tanto o más urgente es también la celebración del congreso del partido en Madrid para aupar a su liderazgo a Isabel Díaz Ayuso. No hay tiempo que perder. Esa convocatoria es casi más necesaria desde el domingo pasado.

Por otro lado, las elecciones en Castilla y León ya han colocado a cada uno en su sitio. Alfonso Fernández Mañueco es al que le toca presidir la Junta. Así lo ha querido una amplia mayoría de castellanos y leoneses. Además, es un político sensato que ha demostrado buscar el interés de su tierra y, luego, el de sus siglas. Sus primeros pasos son los que dicta el sentido común: hablar con todos. Con todos.

Mañueco es quien tiene la mayor responsabilidad y el que debe llevar la voz cantante y tener la última decisión en la negociación que dé a su Comunidad estabilidad los próximos cuatro años.

La mayor fortaleza del Partido Popular está en sus territorios y Génova debe dar a sus presidentes el protagonismo que se han ganado.