| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

13 maneras deliciosas de disfrutar de las castañas

Los frutos típicos de la estación ya están en los mercados. Y sólo hay que saber cómo sacarles partido

| Begoña Tormo Gastronomía

España es un país de castaños. Aunque durante mucho tiempo se creyó que fueron los romanos quienes introdujeron su cultivo en la península ibérica, recientes estudios han demostrado que la Castanea sativa es una especie autóctona de nuestro país. Galicia, Asturias, y León son las zonas en donde la producción de castañas es más importante, pero hay muchos otros lugares en donde este producto tiene protagonismo. En cuanto a sus beneficios, tiene muchos. Para empezar, a pesar de estar consideradas por muchos como un “fruto seco”, tienen un 40% de agua, por lo que no tienen demasiadas calorías. Sólo tienen un 5% de grasa, sin nada de colesterol, y nos aportan una buena cantidad de fibra, además de ácido fólico, vitamina E, potasio, fósforo y hierro. Repasamos 13 formas de comerlas para disfrutarlas al máximo.  

 

1 CASTAÑAS AL NATURAL

Es la manera más fácil de comerlas. Evidentemente, para tomarlas “sin más”, lo mejor es buscar una castaña dulce y que se pele bien, y las que tienen fama de reunir ambas cualidades son las del Bierzo, que gozan de su propio sello de calidad. Son algo más pequeñas que otras variedades, pero merece la pena. A la hora de conservarlas, es importante no guardarlas en bolsas de plástico, porque es necesario que circule el aire. Una buena opción es ponerlas en un cesto, en un lugar fresco y seco. Si hemos comprado demasiadas y no vamos a poder consumirlas, se pueden congelar sin problemas. Antiguamente, cuando no se contaba con congeladores en las casas, se secaban cerca del fuego, con lo que se obtenía un producto que se mantenía en perfectas condiciones durante muchísimo tiempo: las castañas pilongas.  

 

2 CASTAÑAS ASADAS

La imagen de las tradicionales castañeras anuncia el otoño en muchas ciudades. Y es que esta sencilla elaboración es una de las maneras más fáciles (y deliciosas) de preparar estos frutos. Además, es un gusto comprar media docena en uno de estos puestos callejeros y metérnosla en los bolsillos para calentarnos las manos, cuando arrecia el frío. Son varias las fiestas populares basadas en esta preparación, como el “magosto”, o “calbote”, que se celebra en muchas zonas españolas (principalmente del norte, pero también de Extremadura), o la noche de finados en Canarias. Si las queremos hacer en casa, podemos usar una sartén específicamente pensada para este fin, que está agujereada, pero se necesita llama viva para hacerlas, y, en una época en la que las vitrocerámicas y las cocinas de inducción son las más habituales en los hogares, esto puede ser complicado. Una manera mucho más fácil es asándolas en el microondas. Para ello, es imprescindible hacer un pequeño corte a cada castaña (para evitar que revienten), y ponerlas en el micro a máxima potencia un par de minutos aproximadamente. El tiempo depende, lógicamente, de la potencia del aparato, así que lo mejor es no poner demasiadas castañas, e ir asándolas de 30 en 30 segundos, hasta que demos con el tiempo que requiere el nuestro en concreto.  

 

3 CREMA DE CASTAÑAS 

Pocas cosas más reconfortantes y apetecibles cuando bajan las temperaturas que una sopa o crema calentita. La de castañas es muy fácil de hacer, es muy saciante y resulta muy económica. Simplemente hay que hacer un sofrito de puerro o cebolleta, añadir caldo de pollo y las castañas, y hervir hasta que estén tiernas. El plato se termina con un chorrito de nata, sal y pimienta. 

 

4 POTE DE CASTAÑAS

El pote de castañas es un plato tradicional de la cocina asturiana, originario de un tiempo en el que este producto era un pilar importante en la dieta de la zona. Se trata de un guiso, similar a una fabada, en el que las castañas pilongas (o mayucas, como se dice en Asturias), sustituyen a las fabes, y que incluye el típico compango a base de chorizo, morcilla y lacón o tocino. También es habitual añadir nabos, o incluso berza, además de un sofrito de cebolla con un poco de pimentón. 

 

5 LOMBARDA CON CASTAÑAS

La lombarda es un tipo de col que suele cocinarse con ingredientes poco habituales en otras recetas de verduras, como manzana, piñones, nueces, pasas o ciruelas, o, por supuesto, castañas. Prueba a añadir unas cuantas (cocidas, y cortadas en trozos gruesos), cuando vayas a rehogar la lombarda. Es un plato tan sano, que te puedes permitir agregarle unas tiras de bacon, para que gane en sabor. 

 

6 JABALÍ CON CASTAÑAS

El ligero dulzor de este fruto otoñal es el contrapunto perfecto para guisos de carnes recias, como la de jabalí o el venado, e incluso para las de un capón o un pollo de corral. Simplemente se trata de introducir las castañas (ya cocidas y sin piel), en la olla del plato que vayamos a elaborar, con el resto de los ingredientes. Hay que tener en cuenta que el tiempo de cocción dependerá del tipo de castaña; si son frescas, será de aproximadamente unos 40, o 45 minutos en olla convencional. Si son secas, necesitaremos ponerlas previamente en remojo durante 24 horas, y cocerlas durante, aproximadamente una hora. Dependiendo del guiso al que vayamos a incorporarlas, podemos aromatizar el agua con anís, canela, o cualquier especia de nuestro gusto. 

 

7 CASTAÑAS PARA GUARNICIÓN

Las castañas son una estupenda guarnición para platos principales, que sustituye de forma original a las clásicas patatas fritas o asadas. Para prepararlas, se cuecen previamente, y luego, es buena idea saltearlas en aceite o mantequilla con otros productos típicos de la época, como setas, boniatos cocidos o cebollitas francesas. Se pueden añadir, obviamente, hierbas o especias al gusto. Otra opción es triturar las castañas cocidas con un poco de nata y mantequilla para hacer un puré espeso que sustituya al típico puré de patata. 

 

8 POLLO RELLENO DE CASTAÑAS

Una receta habitual para cocinar aves enteras, como el pavo o el pollo, es rellenas y al horno. La farsa admite muchos ingredientes: frutos secos, licores, frutas… La castaña, especialmente por su textura, es perfecta para ello, aunque es necesario cocerlas previamente, dejándolas “al dente”, para que se terminen de hacer en el horno. Se puede elaborar un relleno estupendo haciendo una especie de “albondigón” de carne picada (puede ser de ternera, cerdo o pollo), con las castañas cocidas, un huevo batido, sal, pimienta y un chorrito de brandy, que marcaremos en la sartén para que no se desmorone, e introduciremos en el pollo o pavo antes de asarlo a unos 180º. El tiempo dependerá del tamaño del ave, pero se suele calcular 1 hora por cada kilo de peso total, incluyendo el relleno. 

 

9 EN PURÉ DULCE

La crema dulce de castañas es un relleno perfecto para unos buñuelos de santo o para otros dulces a los que queramos dar un toque de temporada y original. Para elaborarla, es necesario asar las castañas previamente en el microondas. Mientras, poner a hervir leche entera en un cazo, con una rama de canela (o anís, o una cáscara de limón, según nuestros gustos). Cuando tengamos las castadas asadas y peladas, añadirlas al cazo de la leche, y dejar cocer unos minutos más, junto con azúcar al gusto. Luego sólo falta triturarlas y dejar enfriar la crema para rellenar los buñuelos, untar en una tostada o servir sobre un helado de vainilla, por ejemplo. 

 

10 FLAN DE CASTAÑAS

Las castañas pueden servirnos para dar un toque original al típico (y, por otro lado, maravilloso) flan. Sólo hay que hacer un puré de castañas (asadas o cocidas al microondas) y añadirlo a la mezcla de huevos, leche y azúcar, antes de cuajar el flan al baño María. El resultado es un flan algo más denso, con un sabor sutil a frutos secos.  

 

11 BIZCOCHO DE CASTAÑAS

Otra receta en donde las castañas “brillan” es en un sencillo bizcocho, perfecto para desayunos y meriendas. Se trata de añadir a nuestra receta preferida de bizcocho (hecha, por ejemplo, con 250 g de harina, 4 huevos, 200 g de azúcar, 50 g de mantequilla y 1 sobrecito de levadura), 300 g de puré de castañas (cocidas, por ejemplo, en leche), y hornear como de costumbre. El resultado, es un bollo algo más oscuro de lo habitual con un delicioso toque que mucha gente no identifica, hasta que sabe lo que es.

 

12 TARTA DE CASTAÑAS

Se pueden hacer estupendas tartas de castañas de distintas formas. Desde la receta americana, tipo “pie”, en la que se rellena una base de pasta brisa con crema dulce de castañas, a otras más sofisticadas, con varias capas, con mousse de castaña. Una de las fórmulas más sencillas y “resultonas” consiste simplemente en mezclar un puré dulce de castañas (cocidas en leche), con chocolate y mantequilla derretidos, y dejar enfriar en vasitos individuales en la nevera. Para servirlos, es buena idea espolvorearlos con virutas de chocolate o acompañar de nata montada.  

 

13 MARRON GLACE

Es, con seguridad, la receta más valorada y sofisticada que se hace con la castaña como protagonista. Su elaboración no entraña demasiada dificultad, pero sí es muy laboriosa, por lo que se suelen comprar ya hechas. Para quien se anime a hacerlas en casa, hay que cocerlas primero en agua y pelarlas, consiguiendo que queden enteras y sin un ápice de la astringente piel que las recubre. Luego, introducirlas en un almíbar que habremos hecho previamente con la misma cantidad de agua y azúcar (además de cáscara de limón, vainilla, canela o el ingrediente con el que queramos aromatizarlas), y cocerlas en él unos minutos, antes de dejar que se enfríen en ese mismo jarabe durante un día entero. Es necesario repetir la operación una segunda vez, y, por último, reducir el almíbar que hemos utilizado para pintar las castañas frías, y dejarlas escurrir sobre una rejilla. Si logramos hacerlas bien, son un regalo perfecto, envueltas en papel metalizado, dentro de un bote de cristal.