| 16 de Junio de 2024 Director Benjamín López

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. durante la sesión en el Congreso del miércoles.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. durante la sesión en el Congreso del miércoles.

Las razones ocultas de Sánchez

Premiar a los criminales de Hamás (los dueños de la Franja de Gaza) es un error de bulto en nuestra política exterior. Palestina no debe ser reconocida por España en este momento. Es inoportuno. No puede ofrecerse una victoria a los terroristas después de una feroz masacre como la cometida en octubre pasado en el festival Supernova y en diversos asentamientos de Israel. Fue una cruel matanza. Las democracias deben tener siempre presente que jamás pueden ofrecer ventajas políticas al terrorismo, por fuertes que sean sus golpes criminales. A los terroristas se les derrota con firmeza y la ley en la mano.

Pero, no sólo este paso en la política internacional ha sido un error de bulto de Pedro Sánchez. ¿Alguien puede explicar los motivos de un cambio tan radical sobre el Sáhara? Y aquí si estamos hablando de la responsabilidad histórica española con un pueblo, no debería olvidarse, que fue una provincia nuestra más hasta noviembre de 1975.

Y, claro, ¿cómo valorar la sobreexcitación que está mostrando el Gobierno en todo el asunto Javier Milei, por llamar corrupta a la esposa del presidente? Retirar a la embajadora es una medida diplomática sin precedentes. Algunos dirigentes de países latinoamericanos han insultado gravemente al Jefe de Estado, pero el ministerio de Exteriores no ha roto relaciones con ellos. Menos debería haberse hecho en este caso, con un país como Argentina con el que lazos hermanos nos unen. Además, que la marcha de los líos hace que se pierda el sentido: todo lo patrocinó primero el ministro español de Transportes, Óscar Puente, que difamó al presidente argentino acusándole de “tomar sustancias”.

En realidad, observando las acciones y reacciones internacionales de Sánchez, más parece que sus decisiones están supeditadas a las necesidades políticas personales. Como si fuésemos un país de cuarto orden, nos creamos ficticios enemigos fuera para forzar adhesiones internas. Además, por supuesto, mientras se deslía la madeja (Milei-Palestina-Israel) no se habla de los líos que acechan al mandatario del PSOE. Sin olvidar, por supuesto, que don Pedro anda ahora de cruzada para rendir a los partidos a la izquierda del socialismo y, asuntos como el de Israel o el “ogro fascista” Milei, le vienen como anillo al dedo. A.M.BEAUMONT