El paripé del SMI: falsos besos y abrazos entre Díaz y Montero y un pulso brutal entre Sumar y PSOE

Menudo lío tiene encima el Gobierno con el SMI, o mejor dicho, con la idea de que pague IRPF. Aunque Yolanda Díaz y María Jesús Montero hagan el paripé ante la prensa de que se quieren mucho y que no hay ningún problema entre ellas -todo besos, abrazos y sonrisas más falsas que un euro de madera- lo cierto es que hay un pulso latente en el seno del Gobierno que veremos por dónde sale.

Yolanda Díaz quiere titulares y oponerse a sus socios socialistas del Gobierno se los da. Es muy fácil vender que el SMI no pague IRPF y muy complicado justificarlo. Así que tiene todas las de ganar. El problema viene cuando decide imponérselo por ley a Pedro Sánchez. De repente se ha encontrado con que tanto su partido como PP y Podemos han presentado leyes muy parecidas para que el SMI no pague IRPF. Y eso hay que debatirlo y votarlo en el Congreso, por lo que puede darse la paradoja de que el Sumar acabe votando con el PP e incluso con Vox. 

Un escenario que aterra a la ministra de Trabajo porque dejaría al Gobierno más debilitado que nunca, fracturado y al borde del abismo. Y eso no lo quiere Yolanda Díaz porque en el fondo es como Sánchez: el poder por el poder. Y si vamos a elecciones su partido podría quedar reducido a la mínima expresión. Sumar pasaría a restar y ella se vería fuera del Consejo de Ministros, sin peluquería, sin vestidos fashion, sin chófer, sin piso oficial gratis total y sin posibilidad de pintar nada. Como diría Ábalos... "no tengo a nadie".

La vicepresidenta quería titulares, sí, pero se le puede volver en contra. En ese dilema se mueve. Se ríe con Montero a la vez que la apuñala. Quiere una voladura controlada del Gobierno, pero se le puede ir de las manos y acabar tirando abajo el edificio entero.