| 30 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Los Bolaños, los Helios y los graciosillos televisivos: el 'síndrome del bufón'

Cada vez comprobamos cómo la política se reduce a la burla como medio para hacerse hueco en los medios de comunicación. Realmente, cada vez se es menos ingenioso y cada vez se es más bufón.

| Fernando de Rosa Opinión

En España desde hace unos meses la izquierda está sumergida en un “síndrome del bufón” con el que pone de manifiesto su cargante síndrome supremacista. Tenemos al ministro Félix Bolaños que cada día es más una caricatura de película de animación, con sus burlas constantes del presidente del Partido Popular, Alberto Nuñez Feijóo, acompañando su frase pretendidamente graciosa con una risita que recuerda al personaje de dibujos animados del “perro lindo pulgoso”, perro sardónico y malcarado que tenía la habilidad de reírse entre dientes cuando hacía una maldad.

Otro personaje de la “izquierda bufonesca” es el rapero tiktoker llamado Helio Roque, símbolo de las burlas de la izquierda supremacista catalanizadora de Compromís, que no dudó en despreciar a las personas que lucharon en décadas pasadas pro los derechos y la libertad en España, acuñando la frase “los jóvenes no somos unos quejicas, es que no queremos tragar. Que en otras generaciones se hayan permitido abusos… pues haber peleado”.

 

No se pueden decir mayores desatinos en menos palabras, y este pretendido gracioso fue la estrella invitada de Yolanda Díaz en su acto de presentación como candidata a la presidencia del gobierno. Es decir, la pretendida líder de la izquierda “blanca y radiante” se estrenó con insultos a las generación de nuestros padres y madres que han sido todo un ejemplo de luchadores.

La falta de respeto de TV3 a la Virgen del Rocío

La última burla de esta izquierda la han protagonizado los insultadores oficiales de la televisión pública catalana, colonizada por ERC y los socialistas catalanes, que no han dudado en ridiculizar a la Virgen del Rocío y al acento andaluz, poniendo de manifiesto, una vez más, el supremacismo de esta izquierda que está cada vez más imbuida en el “síndrome del bufón”.

Simplemente he querido poner de manifiesto tres ejemplos producidos en los últimos días, que acreditan cómo se va extendiendo este síndrome en la izquierda española. Pero ejemplos hay múltiples en estos cuatro años en los que la falta de gestión quiere ser sustituida por palabras pretendidamente graciosas y que esconden todo un método de defensa ante la incapacidad propia queriendo despreciar lo ajeno ridiculizándolo.

“Los Bolaños, los Helios y los graciosillos televisivos”, no pueden seguir inoculando odio en la sociedad, porque el enfrentamiento nunca ha traído nada bueno en España. Pero lo más grave es que toda esta política de “bufones”, se produce en la factoría monclovita con el visto bueno de Pedro Sánchez, que se empeña en dividir la sociedad en buenos y malos, y la manera que ha encontrado en que se visualice es empleando la burla.

 

Así los ricos son los empresarios del puro, Ayuso la sacan por las calles en forma de monigote, los andaluces que han cometido el pecado de votar al Partido Popular son unos incultos y supersticiosos y la derecha en general unos “fachas” en blanco y negro. Pero sobre todo, el trabajo al que dedican más ahínco es pinchar el “efecto Feijóo” con la burla y el sarcasmo.

Siempre ha existido el humor, pero solo las mentes autoritarias lo han reconvertido en sarcasmo y por desgracia, tenemos claros ejemplos en la historia de las consecuencias de querer ridiculizar al contrario. No hay que olvidar que el sarcasmo es el lado oscuro del humor, ya que su finalidad es ridiculizar, humillar e insultar. Los bufones de la izquierda aparentemente graciosa deben dejar de tener presencia política en nuestra sociedad para evitar que ese sarcasmo derive en odio y el odio en enfrentamiento.