| 29 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Luis Rubiales, muy serio, durante la recepción a las campeonas del mundo en la Moncloa.
Luis Rubiales, muy serio, durante la recepción a las campeonas del mundo en la Moncloa.

Rubiales se aferra al cargo y Sánchez busca cómo sacar rédito político con él

Pese a las nuevas informaciones conocidas, el presidente de la Federación no dimite y ha organizado una Asamblea Extraordinaria para el viernes en la que será apoyado.

| Agustín Díaz Deportes

Cada hora que pasa se complica aún más el futuro de Luis Rubiales, aunque en los pensamientos del presidente de la Federación Española de Fútbol no pasan, ni de lejos, dimitir. Su nombre quedará ligado para siempre a dos imágenes que, en cierta manera, ensombrecieron el extraordinario triunfo de la selección española del pasado domingo en Australia. Su infame gesto en el palco, a pocos metros de la reina Letizia y la infanta Sofía, y el lamentable beso que dio a Jenni Hermoso en la celebración del título han dado la vuelta al mundo y en España no se habla de otra cosa. 

 

De hecho, este martes se publicaron informaciones aún más bochornosas que afectan al todavía dirigente federativo. Los compañeros de Relevo contaron que Rubiales, con la complicidad del seleccionador Jorge Vilda, intentó durante el vuelo de regreso de Australia convencer a Jenni Hermoso para que apareciera junto al presidente en el que video en el que, teóricamente, Rubiales pidió disculpas por su comportamiento. 

La jugadora del Pachuca mexicano se negó, pese a que tanto Rubiales como Vilda acudieron a las familiares de la futbolista que iban en ese mismo avión para que la convencieran. No tuvieron éxito y, según cuenta Relevo, el departamento de Comunicación de la Federación directamente se inventó declaraciones de la futbolista en la nota de prensa con la que quiso explicar el desaguisado provocado por su jefe. Un escándalo en letras mayúsculas

Quienes conocen a Rubiales saben que no va a dimitir. A última hora de este martes, la Federación anunció la celebración, este próximo viernes, de una Asamblea Extraordinaria de la entidad federativa en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en la que lo único que se espera es una adhesión inquebrantable a la figura del presidente. 

 

Las palabras que pronunció Pedro Sánchez este martes, en las que criticaba tanto la actuación como las disculpas de Rubiales y en las que le invitaba a la dimisión, hicieron mella en el dirigente federativo, pero no tanto como para hacerle renunciar a los más de 600.000 euros que cobra como presidente, más los otros 250.000 que la UEFA le abona como vicepresidente del organismo. 

 

El particular orden jurídico que rige las federaciones deportivos provoca que el presidente solo pueda ser destituido por la Asamblea y, precisamente en la de fútbol, Rubiales tiene todo, salvo un par de territoriales díscolas, atado y bien atado. 

El PSOE y el PP, de acuerdo contra Rubiales

En época de durísima confrontación política, el escándalo del presidente de la Federación Española de Fútbol es lo único que ha puesto de acuerdo al PSOE y al PP, que han concordado a la hora de describir como "lamentables" y "bochornosos" los episodios protagonizados por Rubiales. 

Pedro Sánchez, a quien le une una férrea amistad con el exfutbolista del Levante, es bien consciente de que forzar la salida de su amigo en este momento le supondría un importante rédito político, más incluso en un hipotético futuro de repetición electoral. Por ello, ha puesto a trabajar al Ministerio de Cultura y, en especial, al Consejo Superior de Deportes, para convencer a Rubiales de que lo mejor para él a estas alturas es una salida digna. Para ello, ya maquinan para presentar una denuncia por su actuación contra la Ley del Deporte que acabaría con una inhabilitación por parte del Tribunal Administración del Deporte (TAD), la única manera de acabar con el omnímodo poder de Rubiales. 

Y todo, con la vista puesta tanto en el rédito político que Sánchez pueda sacar del asunto como en la candidatura del Mundial 2030, que España comparte con Portugal y con Marruecos, y para la que la continuidad de Luis Rubiales al frente de la Federación no sería, precisamente, una gran ayuda sino todo lo contrario.