| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, este miércoles en el Congreso de los Diputados.
Pedro Sánchez, este miércoles en el Congreso de los Diputados.

Desbandada en Frankenstein: Sánchez pide socorro al PP ante el tsunami nacional

Moncloa ha comenzado de forma urgente su ronda para buscar un pacto de Estado que evite la quiebra y la indefensión de España. Pero su inquilino se ha visto obligado a cambiar el paso.

| Javier Ruiz de Vergara España

Pedro Sánchez pasa de las musas al teatro. La cruda realidad obliga y la coalición Frankenstein no solamente le ha dejado tirado, sino que además se resquebraja víctima de su propia aluminosis interna y de las broncas entre sus miembros.

Y la guerra de Rusia obliga a cirugía mayor para la que el inquilino de La Moncloa precisa el auxilio del PP: aguarda el incremento del presupuesto de Defensa que exige ya Estados Unidos, Bruselas y la OTAN; y la nueva Ley de Seguridad Nacional, instrumento que se antoja clave para lo que se avecina.

Los populares han tenido de hecho un gesto con el PSOE: acaba el plazo para la presentación de enmiendas a la totalidad al proyecto gubernamental y el equipo de transición que lidera Cuca Gamarra ha decidido tender la mano a Sánchez y acudir en ayuda del Ejecutivo descartando tumbar el proyecto en el primer trámite parlamentario.

Esto, más el plan de rescate a las familias con esa urgente bajada de impuestos que reclama medio mundo y al que se oponen frontalmente desde Podemos a Esquerra, desde Bildu a Más País, desde Compromís al BNG.

En este clima ha comenzado Moncloa su ronda de contactos con los partidos -con una primera cita con el PP- en busca de un gran pacto de Estado, ese que precisamente los socios de Sánchez rechazan y que Felipe González ha calificado este mismo miércoles como los nuevos Pactos de la Moncloa.

 

Y es que desde el pasado 24 de febrero, día en que Vladimir Putin inició su ofensiva bélica contra Ucrania, la coyuntura política en España se ha dado la vuelta como un calcetín. Tanto, que los propios socios del Gobierno han iniciado una huida hacia adelante en una especie de sálvese quien pueda.

Porque nadie en la coalición Frankenstein se fía de Pedro Sánchez, Pedro Sánchez no se fía de sus aliados, y son varios los socios del PSOE los que se comienzan a temer que el presidente se descuelgue en los próximos meses con un adelanto electoral.

Algunos creen que para capitalizar la crisis internacional -bajo la premisa política de que en tiempos de zozobra los ciudadanos buscan amparo en la estabilidad y rehúyen las mudanzas-. Otros piensan que el inquilino de La Moncloa sopesa quitarse de encima a sus socios de Podemos, convertidos en unos apestados internacionales como todos los populismos que simpatizan o han sido financiados por el régimen de Putin.

 

Cuca Gamarra, este miércoles en la sesión de control al Gobierno.

 

Sea una cosa u otra, lo cierto es que cada día que pasa es más apreciable la desbandada en la alianza Frankenstein que contribuyó a la investidura de Sánchez.

En Unidas Podemos reina un ambiente de fin de ciclo y algo más. A dos meses del primer aniversario de la dimisión de Pablo Iglesias tras resultar arrollado en las urnas madrileñas por Isabel Díaz Ayuso, la cúpula morada navega a contracorriente y en el desconcierto más absoluto tras el tsunami estratégico en Europa provocado por la brutal guerra contra Ucrania.

No solo Sánchez sino también la propia Yolanda Díaz llevan semanas dedicados a marcar distancias con Ione Belarra e Irene Montero, las nuevas parias de la política europea, que apenas han encontrado en su negativa a enviar armas al pueblo ucraniano el apoyo de un outsider y un fracasado: el primero el Iglesias francés, Jean Luc Melenchón. El segundo, el exlíder laborista británico Jeremy Corbyn.

La conexión Urkullu-Feijóo

Tampoco el socio preferente de Sánchez está por la labor de extender ahora cheques en blanco al líder del PSOE. Esta semana ha sido el propio portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, el primero en anunciar su sospecha de que Sánchez puede estar planeando una convocatoria electoral por sorpresa.

 

Urkullu y Feijóo exhibieron cercanía este fin de semana en la Cumbre de Presidentes en La Palma.

 

Además, según fuentes del PNV consultadas por ESdiario, la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la primera línea política ha sido recibida con "expectación y simpatía" por la cúpula del nacionalismo vasco. La línea directa entre el lendakari Íñigo Urkullu y Feijóo abre un escenario radicalmente distinto en las futuras relaciones entre Ajuria Enea y Sabin Etxea (la sede del partido) y Génova 13.

El avispero catalán

Y en el frente catalán de Frankenstein las cosas para Sánchez están aún peor. Con Esquerra y Junts a garrotazo limpio tras desmontar Gabriel Rufián los tratos de Carles Puigdemont con los aledaños del Kremlin. Y con un Pere Aragonés siempre al filo del despeñadero.

La coalición que aupó a Sánchez a La Moncloa ni está ni se la espera. En el peor momento para el presidente. Por eso, ahora sí -a regañadientes-, el líder socialista busca un pacto de estado con Feijóo. Sin que este, ni siquiera, haya tomado aún posesión de su despacho de líder de la oposición.