| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, junto al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.
El líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, junto al presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón.

Mazón, el eslabón débil

Los barones regionales del PP se han reunido con Alberto Núñez Feijóo, Cuca Gamarra, Elías Bendodo y Carmen Fúnez este fin de semana en Córdoba. Por cierto, destacar que han llevado hasta esas tierras andaluzas la tan ansiada como necesitada lluvia. No está nada mal.

Enseguida han aparecido las típicas noticias en los medios resaltando la foto de unidad del líder popular con los representantes de su partido en las Comunidades y Ciudades Autónomas donde gobiernan. Parecería -al leer repetidamente siempre ese mantra de la unidad- como si quien se sienta en el despacho más alto de la planta noble de Génova estuviese necesitado de forma permanente del acuerdo de “virreyes” territoriales. Y no es así exactamente, aunque algo tenga de verdad.

Cabe decir que a estas horas ya las heridas están cerradas, una vez solventadas las graves desavenencias que se produjeron entre miembros del Comité de Dirección del Partido Popular con algunos de los que optaban a ser presidentes autonómicos, por pactar con Vox precipitadamente tras las elecciones regionales y en plena campaña en la que Feijóo se jugaba la presidencia.

Aunque de aquellas batallas entre bambalinas, han quedado cicatrices —quizá— incurables en algunos lugares. Por ejemplo, una muy visible, tanto para propios como para ajenos, es la Comunidad Valenciana, donde Carlos Mazón y Esteban González Pons, a cuenta de aquello, prefieren ni hablarse para no decirse lo que cada uno piensa del otro. Y, lógicamente, ese animadversión tiene su reflejo también en cascada entre la propia organización regional del PP.

Ciertamente, el momento que vive nuestro país es muy especial. Los pactos del PSOE con el independentismo catalán y vasco están creando una sensación de desigualdad entre españoles muy preocupante. El aparato monclovita es consciente de ello y del malestar que genera a ciudadanos de diversos lugares de España sentirse discriminados por las ventajas que obtienen catalanes y vascos gracias los pactos que se cierran para gobernar Pedro Sánchez.

De ahí que desde Ferraz se esté proponiendo a La Moncloa hacer ofertas en materia de financiación tentadoras a algunas Comunidades del PP para buscar romper el mensaje de acuerdo tras Feijóo de todas las regiones regidas por barones populares.

Claro, el eslabón más débil de la cadena, según presume la dirección socialista, es el presidente valenciano Mazón. Sus ansias de llegar rápidamente al Palau de la Generalitat le llevaron a cerrar un acuerdo a toda prisa con los de Santiago Abascal desoyendo la lógica que señalaba demorar esa cuestión hasta que la carrera electoral nacional estuviera resuelta a finales de julio. Tal desacuerdo con su líder delata su personalidad. Además es un presidente conversador que trata de no desairar a nadie.

Bien saben los estrategas 'sanchistas', por el contrario, que con el presidente andaluz, Juanma Moreno, no tienen un camino sencillo para intentar algo así: su experiencia política hace que difícilmente caiga en trampas para elefantes. Tampoco ven factible buscar acuerdos con otro peso pesado popular como el aragonés Jorge Azcón, aunque les interesaría.

Desde luego, con quien sí saben que tienen todas las puertas bien cerradas es con la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Mas todavía, a ella lo único que pretenden es aislarla. Así que cualquier cosa que suene a acercamiento en la Comunidad de Madrid es terreno vedado por Sánchez. A.M.BEAUMONT