¿Te gustan los crepes? ¿Sabes cómo hacerlos en casa? En este artículo de ESdiario, te vamos a enseñar cómo hacer crepes; receta de la abuela.
El término "crepe" proviene del latín "crispus", que significa "delgado" o "crujiente", y eso es precisamente lo que los distingue. A diferencia de sus primos, los panqueques o tortitas, que son más densos, los crepes son finos y ligeros. Esta característica se logra gracias a una mezcla sencilla de harina, huevos, leche y mantequilla.
Los historiadores han demostrado que el origen del crepe se remonta a 7000 años antes de Jesucristo. En aquella época todavía no se llamaban crepes. Parecía más bien un panqueque grande y grueso.
Estas tortitas se elaboraba con una especie de mezcla pastosa, que se obtenía triturando diversos cereales y añadiendoles a agua. En aquella época, una piedra plana y caliente servía de “sartén”.
La historia de las tortitas se remonta a tiempos tan antiguos como la civilización misma. Los romanos, por ejemplo, ya preparaban tortillas gruesas usando agua y harina de cereales.
Las cocinaban sobre piedras calientes. Las compartían durante una festividad llamada Lupercalia, que se celebraba alrededor del 15 de febrero en honor a Lupercus, el dios de la fertilidad y protector de los rebaños.
Los celtas, por su parte, hacían tortas redondas y doradas durante las procesiones de Imbolc, los días 1 y 2 de febrero. Estas tortas simbolizaban el sol y marcaban la llegada de días más soleados y el inicio de la siembra de cereales.
Estas antiguas tradiciones paganas eventualmente se fusionaron con la religión cristiana. El Papa Gelasio quiso reemplazar las festividades paganas con la celebración de la presentación de Jesús en el Templo, que tenía lugar 40 días después de Navidad.
Durante esta festividad, se organizaban procesiones con velas, conocidas como "festa candelarum", que con el tiempo evolucionaron a lo que ahora llamamos "Candelaria".
El 2 de febrero, en Francia, se celebra "La fête des chandelles" o "Chandeleur", mientras que en España se conoce como "La Candelaria". En esta festividad, se ha convertido en tradición preparar crepes. La forma redonda y el color dorado de los crepes simbolizan el sol y el regreso de la luz después del invierno.
Los crepes tal como los conocemos hoy en día tienen sus raíces en Bretaña, una región de Francia, en el siglo XIII. Los cruzados franceses trajeron el trigo sarraceno a Bretaña después de sus expediciones en Asia Menor.
El trigo sarraceno florece en tan solo tres meses y se adapta bien a suelos ácidos y húmedos, lo que lo hizo prosperar en Bretaña y otras regiones de Francia. Curiosamente, se le llamaba "la planta de los 100 días" porque florecía a los 90 o 100 días de ser sembrado.
Las cosechas eran rápidas, y la harina de trigo sarraceno, al no contener gluten, era fácil de digerir. Esta nueva planta se fue expandiendo rápidamente por toda Francia.
En el siglo XVI, la duquesa Ana de Bretaña apoyó un papel importante en la promoción del trigo sarraceno. Convencida de sus ventajas, hizo que sembrara en muchas tierras del ducado, lo que impulsó el consumo de trigo sarraceno en toda Bretaña.
¿Sabías que los crepes tal como los conocemos hoy en día son el resultado de un accidente culinario? Cuenta la leyenda que una ama de casa francesa derramó accidentalmente un poco de mezcla de gachas sobre una parrilla caliente. Para su sorpresa, esta mezcla se transformó en una torta fina. ¡Habían nacido los crepes!
A principios del siglo pasado, la receta de las tortitas evolucionó aún más gracias a la llegada de la harina de trigo blanca.
Esto dio lugar a las deliciosas crepes que hoy en día podemos disfrutar en creperías de todo el mundo. Por lo general, se sirven con una copa de sidra dulce o cruda y son fáciles de preparar con las creperas modernas.
Entre todas las variedades de crepes, una de las más famosas es la "crepe Suzette". Su origen tiene varias versiones, pero la más conocida cuenta que fue un aprendiz del renombrado chef Auguste Escoffier llamado Henri.
El ayudante derramó Grand Marnier sobre unas tortitas que se preparaban para el Príncipe de Gales, Eduardo VII. Al no poder repetirlas, Henri optó por servirlas así.
El príncipe quedó encantado y le preguntó a Henri el nombre del postre. Este joven aprendiz, que acababa de inventar el plato, le ofreció darle su propio nombre, pero el príncipe prefirió nombrarlo en honor a una dama presente en la mesa: Suzette. Y así nació la crepe Suzette, una deliciosa obra de arte culinaria con nombre de mujer.
Así que, la próxima vez que disfrutes de unas deliciosas crepes doradas y finas, recuerda que estás saboreando una tradición que se remonta a la antigüedad, que ha evolucionado a lo largo de los siglos y que sigue deleitando a personas de todas las edades en todo. el mundo. ¡Buen provecho!
Si alguna vez te has preguntado cómo hacer crepes que sean tan deliciosos como los que hacía la abuela, ¡estás en el lugar correcto! En esta receta, aprenderás a crear 12 crepes suaves y sabrosos que son perfectos para el desayuno o incluso como un postre especial. Aunque pueda sonar un poco cómodo, no te preocupes, con unos simples pasos, podrás hacerlo tú mismo.
¡Y ahí lo tienes! Con esta receta, podrás disfrutar de deliciosos crepes caseros.
En resumen, los crepes son un tesoro culinario francés que combina simplicidad y elegancia en cada bocado.
Su finura, su sabor delicado y su versatilidad los convierte en un plato querido en todo el mundo, y su elaboración es un tributo al arte culinario francés. Si te ha gustado el artículo compártelo en tus redes sociales y déjanos un comentario con tu opinión.