| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez afronta una Legislatura que huele a azufre
Pedro Sánchez afronta una Legislatura que huele a azufre

Gobierno de Sánchez: 4 debilidades y una fortaleza en una legislatura endiablada

La oposición política y en la calle; las exigencias de los separatistas y las discrepancias económicas en la coalición son obstáculos reales desde el primer minuto de la legislatura.

| Benjamín López España

“Lo que mal empieza, mal acaba”, repite más de uno estos días en Génova con la mente puesta en esta legislatura inaudita que acaba de arrancar. Es difícil saber si es un pronóstico, un deseo o un convencimiento. Lo cierto es que todo apunta a que puede ser así, aunque lo importante no solo es que acabe mal sino que acabe pronto.

El nuevo Gobierno de Pedro Sánchez tiene al menos tres frentes abiertos en los que muestra una gran debilidad. Eso sí, también es cierto que cuenta con un punto fuerte que puede servirle para conjurar sus problemas, como ha hecho el líder socialista hasta ahora.

Comencemos por sus tres puntos flacos.

1- La calle en contra

Es algo inaudito hasta la fecha. La izquierda ha perdido la calle. Millones de ciudadanos han dicho basta y han demostrado que su enfado no es flor de un día. Quitando los condenables hechos violentos aislados y muy minoritarios, muchos españoles están tomando las calles a diario con tesón y admirable capacidad de resistencia. En Ferraz son 16 noches consecutivas y las concentraciones del PP y de la sociedad civil han ido en aumento.

 

“La duda es hasta cuándo se podrá mantener esa intensidad”, reconoce un dirigente del PP. Lo previsible es que decaigan en breve, pero de forma momentánea, a la espera de que Sánchez vaya pagando la factura a los separatistas y encienda de nuevo los ánimos de nuevo, explica. La próxima parada es la ley de amnistía que tiene que aprobarse en el Congreso primero y en el Senado después.

2- La oposición, más fuerte que nunca

Precisamente el Senado, con mayoría absoluta del PP, va a tener un papel importante. Esa ley de amnistía que Sánchez y sus socios quieren aprobar en tiempo récord se va a retrasar más de lo que les gustaría gracias al Senado, donde los de Feijóo van a dilatar hasta el máximo posible la tramitación de la ley.

Además del Senado el PP cuenta con un enorme poder autonómico y municipal que va a utilizar con todos sus resortes posibles para frenar a Sánchez, para recurrir sus leyes ante el Tribunal Constitucional cuando sea posible y llevarlas ante los tribunales de justicia en la medida de lo posible. Además servirán de altavoz para amplificar le rechazo al Gobierno.

 

Y no nos olvidemos de Europa. El Parlamento Europeo este mismo miércoles puede dejar en evidencia al Gobierno de Sánchez y hay que ver cómo respiran la Comisión Europea y el Tribunal de Justicia de la UE, ante el que es muy probable que acaben recurriendo la Audiencia Nacional cuando se vea maniatada para investigar las presuntas acciones terroristas de los CDR y Tsunami, incluido ahí el propio Carles Puigdemont.

3.- Las exigencias de sus socios separatistas

No obstante, contra la calle y contra la oposición es relativamente sencillo resistir encastillado en La Moncloa. Sin embargo la cosa se complica cuando el que manda no está sentado en el Consejo de Ministros sino que da las órdenes desde fuera. “Con nosotros no se la juegue” y “con nosotros no pruebe a tentar la suerte” son las dos frases de ERC y Junts que han resonado como lo que son, amenazas y recordatorios de a quién se debe el inquilino de La Moncloa.

 

Pedro Sánchez va a tener que atender las peticiones y compromisos que ha firmado con sus socios. Eso incluye los mediadores internacionales, para escario de nuestro país, y la negociación de privilegios para Cataluña respecto a las demás regiones. La condonación de 15.000 millones de deuda pública de la Generalitat que pagaremos a escote entre todos y la cesión del 100% de los tributos recaudados a Cataluña están negro sobre blanco y van a ser objeto de negociación.

4.- La economía, los presupuestos y la ideología

Tal y como señaló hace una semanas el lehendakari, Íñigo Urkullu, Sánchez va a necesitar todos los votos de todos sus socios en todas la votaciones en el Congreso. Y todos sus socios no son iguales desde el punto de vista ideológico.

El PNV y Sumar se parecen como un huevo y una castaña en sus planteamientos económicos y fiscales. Lo mismo pasa con Junts. Las dos formaciones separatistas son partidos de derechas, muy de derechas, que no comulgan con la mayoría de las medidas del Gobierno de Sánchez. Además, las perspectivas de la economía nos dibujan negros nubarrones y la UE, pasada ya la tregua de la pandemia, aprieta otra vez en cuanto al control del déficit y la deuda públicos, lo que implica un ajuste de cinturón.

Su gran fortaleza

Teniendo en cuenta todos estos factores en contra no es disparatado esperar una legislatura corta que puede acabar en el momento mas inesperado. Bien es cierto que frente a todo esto, Sánchez posee una baza que casi le convierte en indestructible: su falta de escrúpulos y principios.

Lo mismo que le ha llevado al poder puede ser decisivo para mantenerle en él. Es más fácil sobrevivir si se está dispuesto pactar con quién sea a cambio de lo que sea. Y ese es Pedro Sánchez. Nadie se iba a atrever a firmar unos indultos a los políticos del procés; nadie iba a osar a modificar el Código Penal para suavizar o eliminar delitos a los golpistas; nadie iba a ser capaz de aprobar una ley de amnistía que claramente era inconstitucional, según el propio Sánchez. Así que ahora solo un insensato o un ingenuo sería capaz de afirmar que el socialista no vaya a ser capaz de aventurarse, por ejemplo, en una consulta de autodeterminación si el guión se lo exige para continuar en el poder.