| 05 de Mayo de 2024 Director Benjamín López

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Los presidentes del PP de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
Los presidentes del PP de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

Moreno y Ayuso ejercen de contrapeso a los planes independentistas de Sánchez

El PP podrá ejercer una oposición directa al Gobierno del PSOE y sus socios a través del peso que mantiene en las comunidades autónomas, a la que también se suma la valenciana con Mazón.

Recogiendo las recientes palabras de un socialista, el presidente de Castilla La Mancha, Emiliano García-Page, las elecciones han dejado unos "diabólicos resultados", dejando el poder de decisión en manos de los independentistas catalanes y vascos. Tanto es así que la investidura de Pedro Sánchez depende del prófugo de la justicia Carles Puigdemont y en las negociaciones que se mantienen entre el PSOE con su partido, Junts, está claro que tendrán que acatar algunas de las exigencias del catalán para volver a ocupar la presidencia en la Moncloa.

La dudas que surgen son varias: ¿A cambio de qué? ¿Cuanto le costará a Sánchez seguir siendo presidente?, y ¿cual es el precio para el conjunto del país? Al respecto de este 'peaje' que beneficiará a los independentistas, ha estallado el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (PP), que será uno de los escollos que se encontrará el PSOE de Sánchez y sus socios el resto de la legislatura.

 

 

El líder del PP andaluz hará frente común con la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y junto al nuevo presidente valenciano Carlos Mazón, para ejercer su poder autonómico y tratar de impedir que se cumplan los planes de esta segunda etapa sanchista que, con casi toda probabilidad, se establecerá para los próximos cuatro años. Al respecto Ayuso ha señalado que "no se puede negociar con Junts la independencia, la ruptura de España".

 

 

El PP saca músculo desde las autonomías

Dentro de las filas del PP no hay división y Moreno y Ayuso respaldan al presidente de su partido, Alberto Núñez Feijóo, y su liderazgo tras ganar las elecciones generales. Las voces de los presidentes de dos de las comunidades más importantes de España, Madrid y Andalucía, tendrá peso en esta legislatura, más aún teniendo en cuenta la mayoría absoluta que les respaldan.

Ambos, junto a Mazón, lideran tras el 28M un nutrido ejército junto a Alfonso Fernández Mañueco, Fernando López Miras, Alfonso Rueda, María Guardiola, Jorge Azcón y María José Sáenz de Buruaga.

Una fortaleza que aprovechará el PP, junto a su hegemonía en el Senado, para ejercer de oposición ante Sánchez y sus numerosos aliados. Sin olvidar, que los populares recuperan la Comunidad Valenciana, con la victoria de de Mazón, aunque aquí existe el lazo que le une a Vox este mandato.

 

La legislatura estará marcada por la oposición al Gobierno de PSOE, Sumar y los independentistas  desde las 'trincheras' autonómicas, después de arrasar el PP en las elecciones en los territorios anteriores y revalidar el gobierno de Castilla y León con mayoría absoluta, el de Galicia, Baleares, Extremadura, Canarias y Aragón.

 

Moreno y Ayuso 'tiran' del PP

Durante la legislatura que acaba de finalizar tanto el presidente andaluz como la madrileña han hecho frente común en distintos asuntos contra el gobierno de Pedro Sánchez para defender, por ejemplo, su autonomía fiscal y acudiendo a los tribunales para parar la acción del Gobierno.

Se espera que la batalla continúe, pero el PP tendrá que 'pisar' con cuidado puesto que, en manos de Sánchez y sus múltiples socios, estará el reparto de la financiación y las inversiones en los distintos territorios españoles, por lo que empañar la gestión de los populares no sería muy complicado si se frena la economía.

 Esta es una de las grandes preocupaciones del Gobierno de Juanma Moreno, que ha exigido la acción del Gobierno para paliar los efectos de la sequía o la insistente necesidad de cambiar el modelo de financiación autonómica, que pone a la cola del reparto a Andalucía, junto a Valencia y Murcia. Estos asuntos, junto con otros de vital importancia, como la mejorar las conexiones ferroviarias o conseguir que se atiendan las pérdidas del sector agrícola, ganadero y pesquero, que dependen del Estado, también están en juego y en manos de la presión que ejercerán los partidos independentistas de Cataluña y País Vasco

Valencia será pieza clave para el PP

En el caso del Gobierno de nobel Carlos Mazón va a ser una pieza clave para el PP, pero va a estar obligado, como el resto, a un cambio de estrategia no previsto. Una victoria sufrida el 23-M , pero suficiente para desbancar a la izquierda, que toma ahora más valor tras lo ocurrido dos meses después en los comicios del 28-J: amarga victoria. Tan amarga que las posibilidades de la investidura de Núñez Feijóo se desvanecen. Un entreacto no previsto por Mazón convencido de que con su compañero se mudaría a la Moncloa y haría realidad desde el Gobierno de la moderación reivindicaciones históricas, como la financiación, la deuda histórica o el corredor ferroviario mediterráneo, verían por fin la luz.

 

El presumible pacto de Pedro Sánchez con el nacionalismo independentista, defensor de una entelequia llamada Països Catalans, provoca algo más que preocupación en la cuarta economía –ha perdido un puesto en los últimos años- de España por volumen del PIB. Mazón tendrá que asumir un papel reivindicativo ante un Gobierno presumiblemente no afín. Es más, alguno de los proyectos en marcha como la ampliación del Puerto de Valencia, el cuarto con más tráfico de Europa, pueden verse paralizado, ya que cuenta con la oposición de los nacionalistas del terreno, Compromís, pero también de los también socios de los socialistas, ERC y Junts.

El Gobierno de Ximo Puig ha dejado una deuda galopante de más de 55.000 millones de euros. Mazón confiaba en una quita de la denominada deuda histórica, en torno a los 20.000 millones de euros según distintos estudios, y, sobre, todo un cambio en el modelo de financiación vigente desde 2013, que supone, y en eso sí hay unanimidad política y científica, un roto económico para los valencianos.

El temor es que Cataluña marque el paso y la Comunitat Valenciana vuelva a quedarse con la falsa imagen de un ‘levante feliz’. Mazón deberá ahora diseñar una estrategia ante Sánchez y los independentistas, y reforzar un equipo de Gobierno en el que será necesario políticos de fuste ante una legislatura compleja con la Moncloa sin Feijóo.