| 29 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez estrecha la mano de Aizpurua (Bildu) el viernes pasado en el Congreso
Sánchez estrecha la mano de Aizpurua (Bildu) el viernes pasado en el Congreso

Pedro Sánchez comete un error: la sonrisa que impide la repetición electoral

El presidente en funciones empieza a darse cuenta de que probablemente tendrá que ceder aún más de lo previsto si quiere revalidad su cargo. 

| Benjamín López Opinión

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, tiene que estar absolutamente convencido de que podrá salir airoso de la investidura que aún no tiene fecha ni apoyos. Solo así se explica el grave error que cometió el pasado viernes, que prácticamente impide una repetición de las elecciones: una foto con Bildu que implica que se quite definitivamente la careta ante los españoles. Y debajo de la careta había una sonrisa inexplicable. 

El presidente que “lógicamente”, dijo, no iba a reunirse con Vox en esta ronda de contactos no tuvo reparo en recibir a la portavoz parlamentaria de Bildu, Mertxe Aizpurua, y posar sonriente y contento junto a ella, representante del partido heredero de ETA, el mismo que presentó a 34 etarras en las listas de las elecciones municipales del 28 de mayo en el País Vasco y el mismo que jamás ha pedido perdón por los más de 800 asesinatos de la banda terrorista.

Ese error de Sánchez supone cerrarse el camino de la repetición de elecciones, que era una posibilidad a la que podía recurrir si Junts, si Puigdemont decidía enrocarse en peticiones incluso más difíciles de asumir que la amnistía, como el referéndum de autodeterminación en Cataluña o un pacto fiscal que suponga un agravio para el resto de regiones. 

Es muy difícil presentarse a unas elecciones con la foto con Bildu, el partido con el que en muchas ocasiones prometió no pactar. Y más aún con esa imagen sonriente junto a la portavoz proetarra tierna en la memoria de los votantes. Por cierto, ¿por qué sonríe Sánchez? Parece inexplicable, la reunión y la sonrisa, y lo que en política no se puede explicar es malo. 

Después de la instantánea con Bildu ya no colaría eso de envolverse en la bandera de España para decir que no puede asumir las peticiones de Puigdemont por el bien su país 

Tan inexplicable es que después de la reunión del viernes con Bildu y a continuación con Junts, Patxi López prefirió no dar explicaciones. El portavoz socialista en el Congreso rompió la norma de esta ronda de consultas y no compareció ante la prensa para informar del contenido de esos encuentros. Es la primera vez que se esconde. Significativo ese silencio después de dos reuniones tan polémicas y complejas de gestionar ante la opinión publica. 

Puigdemont sube el precio de la investidura aún más 

Porque si polémica fue la reunión con Bildu, la de Junts casi la iguala. El largo encuentro de Sánchez con Miriam Nogueras, la portavoz de esa formación separatista en el Congreso, supone dar alas a Carles Puigdemont. 

El prófugo tiene en sus manos la investidura de Sánchez. El precio que pretende ponerle es carísimo. “Hoy España tiene un dilema de compleja resolución. O repite elecciones, con riesgo de que los equilibrios políticos sean tan frágiles como ahora o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer sus derechos”, dijo Puigdemont tras la reunión de Sánchez con la portavoz de Junts. 

Es evidente que el prófugo sabe de la debilidad de Sánchez acentuada tras reunirse con Bildu. Cuanto más complicado tenga el líder socialista afrontar una repetición de las elecciones más le va a sangrar. No es en absoluto descartable, aunque lo parezca por los desmentidos de varios ministros, que veamos en ese acuerdo de investidura con Puigdemont no solo la inconstitucional amnistía sino alguna referencia al derecho de autodeterminación de Cataluña. Ya sabemos que lo que hoy no cabe en la Constitución mañana sí. 

Ahora mismo la cuestión es compleja para Sánchez. No tiene apoyos y le va a costar mucho cerrarlos. Tanto es así que no se quiere pillar los dedos con una fecha para la investidura. Para eso tiene a Armengol, servidora fiel, que está dilatado ese momento hasta que su jefe de filas se lo ordene. 

 

Por eso Sánchez tampoco quiere negar de manera tajante la posibilidad de ir a ver a Puigdemont en persona a Bruselas o enviar una delegación de negociadores del PSOE. “Por ahora no”, fue lo que dijo en un corrillo a la prensa en la recepción del Palacio Real tras el desfile del 12 de octubre. Y es que, tras la foto con Bildu, sabe que quizás le toque hacer cosas que no tenía pensadas para sacar la investidura adelante.