| 27 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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José Antonio Avilés hace recordar viejos tiempos en la parrilla de Telecinco.
José Antonio Avilés hace recordar viejos tiempos en la parrilla de Telecinco.

Así es la Vida, tras los pasos de la última etapa de Sálvame: peligro de succión

A este paso Ana Rosa Quintana aún no se ha ido de vacaciones y va a tener que volver antes de lo previsto ante la amenaza cada vez más real de que Sonsoles Ónega se meriende lo que queda.

| Jesús Manuel Ruiz Chismógrafo

 

 

Parecía distinto. Diferente. Innovador. Así se anunció. Olía a otra cosa. No había tufo. Un programa de entretenimiento e información que rompía con 14 años de otra televisión. Era la intención. Y en esa intención parece que se va a quedar.

Con pruebas fehacientes y demostrables desde este mismo jueves. El programa Así es la Vida estrenado el pasado 26 de junio y presentado por Sandra Barneda empieza a ser una copia de los últimos años de Sálvame. Sin gracia y sorpresa. Un outlet de saldo. A lo largo de la tarde, y minuto a minuto se empezaba a echar de menos la genialidad del formato que un día dirigió Raúl Prieto en las tardes de Telecinco. Para el espectáculo de este jueves, mejor lo de antes. José Antonio Avilés tenía sentido en su rol de Sálvame y no en el de ahora. Un dúplex cual Luis María Ansón.

Así es la Vida decidió contar con información de primera línea y un “periodista” amamantado en los senos de la prensa del corazón del siempre recordado Agustín Trialasos y el presente Javier de Montini. José Antonio Avilés es la estrella en información de este programa que quiso en su nacimiento ser diferente, distinto, ameno, informativo, formativo y entretenido.

La realidad siempre supera a la ficción y las intenciones. El cordobés quiere compartir con el plató información de Bertín Osborne. Y en 5 minutos ha metido en la chistera del corazón, el derecho, la información, los contratos privados y el Ministerio Fiscal.

El magacín de Sandra Barneda empieza a recordar a los últimos tiempos de Sálvame

Esto recuerda al último Sálvame en los días que la extinta Carlota Corredera daba lecciones de Derecho a quienes decidieron no seguir su barco a la deriva. Allí comenzó el final. Eran 12 años de vida. Esto ha comenzado con 3 semanas de nacimiento. Avilés no es responsable. Va a trabajar. Otra cosa es la dirección de los programas que deciden optar por el sensacionalismo, por la atrocidad de la prensa del corazón en aras de cuatro décimas que tan sólo les llevan a la miseria del entretenimiento. El público no es no imbécil.

 

El 26 de junio apuntaba diferente. Aparecen caras de verdad e históricas en este oficio de contar la vida social. La malagueña Gema Fernández dueña de una agencia de comunicación, Almudena Del Pozo periodista de perfil medio que rema bien y días después aterriza Ángela Portero que regresa tras su persecución mediática por no seguir la moral establecida de los personajes que ya son historia. En su contra, las sustituciones familiares fueron nefastas.

 

Beatriz Trapote en lugar de Belén Esteban es un fábula. Sin precedentes. El programa de este jueves tiene visos de que Ana Rosa Quintana se tendrá que incorporar antes del finales del mes de septiembre ante el miedo de que Sonsóles Ónega devore este formato copia de la última etapa de Sálvame sin morder. Podría ser succionado.